.
Tras la pandemia, proponen "analizar la formación docente en situaciones reales"
Por Claudio Campanari - Télam
La inclusión y el desarrollo sostenible se vuelven fundamentales de lograr en la escuela en un contexto en el que la pandemia profundizó las desigualdades, pero para ello "es necesario formar a los docentes en las situaciones reales" que atraviesan con los alumnos y "analizar sus prácticas" en el aula con directivos y formadores, afirmó Ana Pereyra, secretaria de investigación de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe).
Pereyra dialogó con Télam en la víspera del inicio del 20mo. Congreso de la Asociación Mundial de Ciencias de la Educación, donde más de 500 académicos de 31 países expondrán sus trabajos bajo los ejes de migración, sociedad digital e inclusión y desarrollo sostenible.
El encuentro se desarrollará desde hoy –lunes 6 de junio- y hasta el 9 de junio, y se transmitirá a través de https://www.youtube.com/c/unipear.
-Télam: En la reconstrucción de la relación entre la escuela y el alumno tras dos años de cierre en el que se profundizaron las desigualdades, ¿qué rol ocupa el docente?
-Ana Pereyra: Uno de los temas del Congreso es la inclusión en un sentido amplio del término. Esto involucra el acceso, la trayectoria escolar y la terminalidad de la educación obligatoria. Existen muchos trabajos orientados a que los alumnos se apropien de los conocimientos y cómo formar a los docentes en su relación con alumnos diversos y con muchas dificultades que, tras un período largo de suspensión de clases, no volvieron en las mismas condiciones. Por esto es necesaria una nueva formación docente que tenga en cuenta sus nuevas condiciones de trabajo.
-T: ¿Cuáles son los aspectos a tener en cuenta en esta nueva formacíón?
-AP: Es necesario dar una discusión sobre las prácticas pedagógicas en este contexto tan desigual y para ello los formadores de los Institutos deben analizar esta prácticas con los maestros desde la formación inicial. Hay una tradición en los Institutos que se basan en clases muy expositivas y eso nos juega en contra ya que hay que introducir desde la formación inicial y en la permanente un trabajo colaborativo de análisis.
-T: ¿Esto implicaría un cambio en el modelo de formación en base a dar una respuesta a las desigualdades que mostró la pandemia?
-AP: Sí, es necesario hacer un giro, en vez de partir de un modelo ideal de docente, partir desde las situaciones profesionales que están atravesando, en las condiciones en las que están trabajando. No tomando en cuenta que van a estar en aulas homogéneas, porque esas condiciones ya no existen. Trabajar con el registro de la actividad del docente situado y analizar esa situación con las interacciones precisas de los alumnos de carne y hueso y las respuestas que los docentes dan frente a ello, de manera de poder conocer como los maestros hablan de su trabajo y porque hacen lo que hacen en las aulas.
-T: Esta nueva formación docente que se expondrá en el Congreso, ¿pone al maestro en el centro del concepto de inclusión y desarrollo sostenible?
-AP: Uno de los ejes de la inclusión y el desarrollo sostenible en educación es analizar estos cambios, ya que es necesario que conozcamos cómo hablan y cómo conceptualizan, lo que sí logran hacer los docentes y eso es lo que queremos llevar al aula de formación. Sobre ese eje mover el análisis de la formación inicial. Hay que tratar de mejorar las prácticas ya que sin un verdadero análisis de cómo se desarrollan no va a ser posible la inclusión, se nos van a seguir quedando afuera muchos alumnos que generalmente son los más pobres.
-T: Hay muchas situaciones que refieren los docentes en las que el tipo de organización escolar les impide por ejemplo seguir las trayectorias de los alumnos. ¿Qué cambios introduciría en este aspecto?
-AP: Es fundamental cambiar la organización escolar, porque la forma de organizar el trabajo del docente conspira contra su desarrollo profesional y contra el mejoramiento de las prácticas. No es algo sólo de las escuelas. Un estudio internacional reveló que el 90% de los docentes no tienen instancias de reuniones colaborativas para pensar la enseñanza y esto en un trabajo que, con la pandemia, se complejiza todo el tiempo. Los alumnos y los conocimientos cambian todo el tiempo y esto es una certidumbre de todos los investigadores. Necesitamos una formación genuina que no se puede reducir a jornadas institucionales ni a un curso con puntaje. Sino todo lo que hagamos resultará insuficiente si queremos que los alumnos se apropien de los conocimientos.
-T: La fragmentación del sistema educativo en la Argentina, ¿conspira también contra esta nueva formación?
-AP: El sistema de educación en la Argentina está muy fragmentado, necesitamos referencias comunes, se avanzaron en algunas cosas pero para instalar esto necesitamos hacerlo desde un enfoque nacional, no en una formación docente homogénea. Las provincias valoran los cursos de capacitación de distinta manera y eso es otro elemento de fragmentación que afecta a la profesionalidad del docente.