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Comenzó el juicio oral por el homicidio de Lucas Isaías Bentancour con Genaro Gutiérrez como único imputado
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Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
Se inició ayer el debate en una de las causas que más conmoción generó este año en la comunidad. Se trata del legajo J/517 “Gutiérrez Genaro Sebastián Ariel S/ homicidio simple”, relacionado con el homicidio de Lucas Bentancour que se registró el 8 de junio en horas de la madruga da en el barrio Francisco Ramírez.
El Tribunal de Juicios y Apelaciones de la jurisdicción está integrado –de acuerdo al sorteo de práctica- por Alicia Vivian en su carácter de directora del debate; y los vocales Mauricio Derudi y Arturo Exequiel Dumón.
Exactamente a las 8:50 el Tribunal constató la presencia de las partes.
Por el Ministerio Público Fiscal asistió el fiscal general coordinador Lisandro Béhéran, quien estuvo asistido por el fiscal Mauricio Guerrero (que es su primer juicio en la jurisdicción); la querella de la familia de la víctima Lucas Bentancour (33 años) fue asumida por los abogados Martín Britos y Rubén Virué y el abogado Pablo Di Lollo ejerce la defensa particular del único imputado en esta causa: Genaro Sebastián Ariel Gutiérrez de 20 años.
Béhéran adelantó que la Investigación Penal Preparatoria (IPP) reunió y registró elementos suficientes para demostrar la responsabilidad del imputado, en estos hechos que enlutan a una familia específica, pero también a la sociedad en su conjunto.
Tanto la Fiscalía como la querella, le atribuyen a Genaro Gutiérrez, que entre las 2:30 y las 3 del 8 de junio pasado, luego de mantener una discusión con Lucas Isaías Bentancour, quien le requirió al imputado que se fuera del Barrio Francisco Ramírez (ex 338); lo atacó con un arma blanca y le ocasionó una herida profunda en la zona del tórax, lesionando el pulmón, lo que derivó en el fallecimiento de la víctima a pocos metros del lugar, cuando intentaba en forma peatonal dirigirse a su domicilio ubicado en el Sector 1 del Barrio 338 y murió en el descanso de la escalera de acceso a su vivienda familiar.
La querella además de coincidir con la Fiscalía, agregó que acreditará el accionar criminal por parte del imputado y agregó que era una persona conocida en el barrio por su conducta peligrosa.
Se indicó que todo comenzó con un incidente verbal cuando la víctima le pidió que se retirara del barrio. Y en inmediaciones de la torre de agua del vecindario, Genero Gutiérrez extrajo un cuchillo entre sus pertenencias y lo hirió de manera mortal. Incluso –agregó la querella- antes de retirarse, Genero Gutiérrez lo volvió a agredir, esta vez tirándole piedras.
Lucas Bentancour recorrió herido los pocos más de veinte metros que lo distanciaban de su vivienda familiar, alcanzó a subir las escaleras, pidió ayuda y falleció en el vestíbulo de la puerta de su hogar. La lesión tuvo un carácter irreversible y no hubo asistencia médica que pudiera evitar el desenlace fatal, agregó la parte querellante.
Y aportó otro elemento que será central en esta causa. Sostuvo que el imputado estaba lúcido, sin alteración que le hubiera impedido comprender el acto agresivo.
En cuanto a la expectativa de la pena, refirió que se encuadra en el Artículo 79° del Código Penal que sostiene que se debe aplicar “reclusión o prisión de 8 a 25 años, al que matare”, en referencia al homicidio simple doloso.
Por parte de la defensa, el abogado Pablo Di Lollo fue escueto, pero directo. Dijo que la teoría del caso para él es sencilla, porque va a discutir no la materialidad del hecho, sino la materialidad del suceso. Agregó que su defendido a esa hora estaba bajo alteraciones mentales, con pérdida de memoria parcial e incluso aseveró que no recordaba nada de lo ocurrido ese día. Y les pidió a los jueces que no se dejen presionar, especialmente por la prensa escrita y por las movilizaciones que protagonizó la sociedad por este caso y apeló a la independencia de criterio del Tribunal.
Declaró el imputado y varios testigos
Genaro Gutiérrez accedió a declarar de manera voluntaria, pero se negó –como es su derecho constitucional- a responder preguntas. Fue muy breve e indicó que no se acordaba de nada y que estaba bajo los efectos de la droga; que ese día lo inició consumiendo marihuana y crack y agregó que a la víctima no la conocía.
Luego fue el turno de los testigos.
Los tres primeros fueron Luis Bentancour (padre de la víctima) y los hermanos de Lucas, Cecilia y Francisco.
Los tres estaban vestidos con una remera que tenía estampada en la parte delantera la leyenda “Nadie es capaz de matar mis sueños” y en la espalda “Justicia por todos”.
Por pedido deliberado y manifiesto del Tribunal a la prensa, se omitirán las declaraciones de los testigos; porque en las sucesivas jornadas declararán otras personas y se intenta no contaminar su memoria o percepciones.
No obstante, tanto el padre como los hermanos de Lucas ofrecieron un testimonio conmovedor sobre los últimos minutos de la víctima. También fueron precisos en el modo y circunstancias en cómo tomaron noticia del trágico desenlace, además de dar testimonio de las cualidades como persona de su ser querido.
Luego fue el turno de los funcionarios policiales que tuvieron las primeras actuaciones en el lugar del hecho y quienes participaron del posterior allanamiento y aprehensión del imputado en su domicilio familiar.
Y se introdujeron como prueba material las actas y croquis que se realizaron con esas primeras actuaciones como así también los efectos secuestrados en el allanamiento: cuchillos de diferentes características; varias prendas de vestir (una campera tipo rompe vientos, color negro, con la inscripción de la marca “Nike”, talle “L”; un buzo de jogging, color gris), correspondiente a Genaro Gutiérrez; como así también pantalones y remeras; y las pertenencias de la víctima que fueron encontradas en un bolso tipo morral color marrón junto a su cuerpo.
El médico policial, doctor Jorge Marañon, declaró porque fue el primero de revisar al imputado cuando quedó detenido tras el allanamiento. Este médico señaló al Tribunal que le detectó en un dedo de la mano derecha de Genaro Gutiérrez una herida compatible con un elemento cortante. Además, de no detectarle consumo de estupefacientes ni de alcohol y de certificar que su estado mental era normal, ubicado en tiempo y espacio.
Este debate continuará hoy y mañana, en ambas oportunidades de 8:30 a 13. Luego se retomarán las audiencias el lunes 16 y martes 17, en principio a la misma hora.
Contextos y perspectivas
Este juicio recién consumió la primera de cinco audiencias previstas. Si bien aún falta mucho para configurar una percepción integral, lo vivido ayer refleja claramente que se está tal vez en uno de los juicios que más conmoción generó durante este año.
No es casual. El homicidio constituye uno de los indicadores más precisos para medir la violencia en el seno de una sociedad.
Y cuando se trata de un homicidio doloso (como en otros delitos de carácter violento) hay que tener en cuenta que es una amenaza para la población y su impacto no se limita solamente al dolor por la pérdida de vidas humanas, sino que también puede generar sentimientos de miedo e incertidumbre. De ahí la importancia de la respuesta integral del servicio de Justicia.
En una comunidad como la de Gualeguaychú, de aproximadamente cien mil habitantes y con un ritmo de vida donde los ciudadanos tienen referencias entre sí, los contextos de un homicidio deberían ser un marco de utilidad para que los gobiernos desarrollen estrategias y políticas públicas que favorezcan la protección a quienes están en mayor riesgo y simultáneamente preste atención a aquellos que tienen más probabilidad de delinquir. Seguramente, será un aspecto que podrá abordar en su momento el Consejo de Seguridad, siempre y cuando madure premisas de prevención y aporte a la educación ciudadana de respeto al prójimo y a la ley.
Analizar la capacidad de la Justicia penal en la jurisdicción al momento de enjuiciar a los homicidas, también constituye una labor importante para evaluar esa responsabilidad fundamental que tiene el Estado. Y colabora para comprender mejor de qué manera el sistema de Justicia penal -cuando es efectivo-, garantiza que haya una investigación rigurosa y luego una sentencia justa para los imputados como un requisito previo para hacer valer el Estado de Derecho y lograr justicia para las víctimas. De otra manera, la impunidad de los criminales puede propiciar que se cometan más homicidios. No es el caso de la jurisdicción a partir especialmente de la aplicación del Código de Procedimientos Penales, donde la agilidad de la oralidad y la publicidad del debate, ha tornado al proceso mucho más trasparente y permite a la sociedad tomar conocimiento del hecho de manera más directa y sin intermediación.
Lucas Bentancour perdió la vida en la madrugada del 8 de junio pasado; en esa misma jornada -antes del mediodía- el Ministerio Público Fiscal había reunido elementos suficientes para aprehender primero a un principal sospechoso y luego imputarle el homicidio simple doloso.
Seis meses después de ese luctuoso hecho de sangre, las puertas de los Tribunales se abrieron a la comunidad para que observe la audiencia de un juicio oral y público que ha conmocionado y movilizado a la sociedad y todavía lo sigue haciendo. “La paz será obra de la Justicia” implora una leyenda que domina el estrado donde se ubican los jueces de la jurisdicción. Y esa es la labor permanente –aunque más significativa en este tramo final del año-, que tendrá por delante el Tribunal.
Desdoblamiento
En este juicio oral y público también se le imputa a Genaro Gutiérrez otro hecho además del homicidio simple, de acuerdo a la causa número J/504 por robo en grado de tentativa.
A pedido de la defensa y con acuerdo entre las partes, esta causa será desdoblada de modo que la querella (que no es parte de este preciso legajo) no pueda participar con preguntas u otras intervenciones.
No obstante, el desdoblamiento ordenado por una cuestión de lógica, no obstaculiza la celeridad del proceso; aunque se hizo prevalecer la división de las dos causas para una mejor comprensión de las mismas.