Juicio al cura Ilarraz: sacerdotes confirman los hechos de abusos
Los curas Leandro Bonnin y Diego Rausch declararon el lunes en el juicio al sacerdote Justo José Ilarraz por abusos en el Seminario Menor de Paraná.
Ambos reconocieron las denuncias contra el religioso y refirieron a una reunión que mantuvieron con el obispo Juan Alberto Puiggari en Mariápolis, luego de que la revista Análisis hiciera público el caso.
Durante su declaración frente a los jueces Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, Bonnin mencionó a un profesional de la salud que habría atendido a una víctima e hizo referencia a los abusos.
El juicio que se le sigue a Ilarraz es por promoción a la corrupción de menores agravada por su condición de guardador y guía espiritual en el Seminario Menor de Paraná. Los hechos investigados se ubican entre 1985 y 1993.
Los fiscales son Francisco Ramírez Montrull y Álvaro Piérola. Los querellantes Marcos Rodríguez Allende, Walter Rolandelli, Lucio Amavet, Victoria y Santiago Halle, Milton Urrutia y Alejandra Pérez. Y el defensor es Jorge Muñoz, consignó Análisis.
Por su parte, el padre Leonardo Tovar fue uno de los impulsores de la denuncia contra el cura Justo José Ilarraz. Y ayer declaró en el juicio y relató que el abogado defensor del cura, Jorge Muñoz, le hizo “tres preguntas” a las que consideró “totalmente insustanciales”, entre ellas si ratificaba lo declarado en su testimonial de 2012 donde “había dicho que Ilarraz era un pedófilo y abusador”.
“Le respondí cuatro palabras: lo confirmo, lo sostengo, lo creo y lo reafirmo”, sentenció Tovar en declaraciones publicadas en Análisis.
Además, apuntó hacia las responsabilidades de la jerarquía eclesiástica y reiteró que “en su momento monseñor (Juan Alberto) Puiggari y (Estanislao Esteban) Karlic no hicieron las cosas como debieron hacerlas”.
En cuanto a la complicidad y el silencio de la Iglesia como institución marcó los abusos de menores descubiertos en varios clubes de fútbol y sostuvo que “esto no es un problema puntual de una institución en cuanto tal sino que es un problema de la persona humana que está corrompida y que cuenta después con un marco institucional que también está corrompido”.
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