Caso Solange Aguirre
Pese a las detenciones y a las confesiones, el juez esperará los resultados del ADN
Si hay un dilema para un juez es la configuración de la convicción íntima y la sana crítica, de ahí la necesidad ineludible de verificarlo a través de la ciencia.
Este es el caso que lleva adelante el juez de Instrucción N° 2, Arturo Exequiel Dumón, vinculado primero con la aparición del cuerpo decapitado de una joven mujer en inmediaciones de Zárate Brazo-Largo y que luego derivó que podría tratarse de Solange Aguirre, desaparecida en la localidad de Benavídez.
Esta joven había sido reportada por sus familiares como desaparecida el jueves 7 de septiembre –aunque la ausencia data de un día antes- y la denuncia se realizó en la Fiscalía Especializada en Investigaciones de Trata de Personas y Delitos Conexos de San Isidro, a cargo del fiscal Marcelo Fuenzalida.
Las últimas novedades que aparecieron en torno a este caso es la confesión de Alejandro Reynoso, pareja de Solange, quien habría reconocido que la mató en Benavídez y luego trasladó el cuerpo hasta las inmediaciones del puente General Urquiza del Complejo Zárate-Brazo Largo ya en territorio entrerriano. Para la maniobra del traslado del cuerpo-confesó Reynoso- contó con la ayuda de su hijo Sergio de 19 años de edad.
Se sabe que el cuerpo decapitado presentaba tres puñaladas, de las cuales una le habría perforado el pulmón de manera mortal, además de tener cortada tres falanges
Los médicos forenses determinaron que esta joven falleció el viernes por la noche y si se tiene en cuenta que está desaparecida desde el miércoles, se puede inferir que al menos estuvo secuestrada durante 48 horas largas, donde seguramente recibió toda clase de agresiones.
Pero a pesar de esta confesión por parte de Reynoso y que todo indique que la persona aparecida muerta se trata de Solange, ahora será el juzgado que reclame la competencia (gravita mucho la confesión de Reynoso), juzgado que de todos modos deberá esperar los resultados del ADN para tener la plena certeza científica de la identidad de la víctima.
“Hay dos hechos claros: por un lado un cuerpo sin vida y por el otro una supuesta confesión de su victimario. Ahora hay que tratar de identificar el cuerpo para saber si se trata de la misma persona”, reflexionó un investigador vinculado con el expediente
El juez, que tuvo una actitud republicana a la hora de informar a la comunidad, sostuvo en rueda de prensa que tanto la decapitación como el corte de las falanges fueron producidos luego de la muerte de la mujer.
En Buenos Aires está llevando las actuaciones el fiscal Jorge Fittipaldi, que depende de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada con competencia en Benavídez.
Foto: 26 TV.
Esta joven había sido reportada por sus familiares como desaparecida el jueves 7 de septiembre –aunque la ausencia data de un día antes- y la denuncia se realizó en la Fiscalía Especializada en Investigaciones de Trata de Personas y Delitos Conexos de San Isidro, a cargo del fiscal Marcelo Fuenzalida.
Las últimas novedades que aparecieron en torno a este caso es la confesión de Alejandro Reynoso, pareja de Solange, quien habría reconocido que la mató en Benavídez y luego trasladó el cuerpo hasta las inmediaciones del puente General Urquiza del Complejo Zárate-Brazo Largo ya en territorio entrerriano. Para la maniobra del traslado del cuerpo-confesó Reynoso- contó con la ayuda de su hijo Sergio de 19 años de edad.
Se sabe que el cuerpo decapitado presentaba tres puñaladas, de las cuales una le habría perforado el pulmón de manera mortal, además de tener cortada tres falanges
Los médicos forenses determinaron que esta joven falleció el viernes por la noche y si se tiene en cuenta que está desaparecida desde el miércoles, se puede inferir que al menos estuvo secuestrada durante 48 horas largas, donde seguramente recibió toda clase de agresiones.
Pero a pesar de esta confesión por parte de Reynoso y que todo indique que la persona aparecida muerta se trata de Solange, ahora será el juzgado que reclame la competencia (gravita mucho la confesión de Reynoso), juzgado que de todos modos deberá esperar los resultados del ADN para tener la plena certeza científica de la identidad de la víctima.
“Hay dos hechos claros: por un lado un cuerpo sin vida y por el otro una supuesta confesión de su victimario. Ahora hay que tratar de identificar el cuerpo para saber si se trata de la misma persona”, reflexionó un investigador vinculado con el expediente
El juez, que tuvo una actitud republicana a la hora de informar a la comunidad, sostuvo en rueda de prensa que tanto la decapitación como el corte de las falanges fueron producidos luego de la muerte de la mujer.
En Buenos Aires está llevando las actuaciones el fiscal Jorge Fittipaldi, que depende de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada con competencia en Benavídez.
Foto: 26 TV.
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