El área de Salud aconseja sobre el uso de pirotecnia
La Secretaría de Salud de la provincia, busca concientizar a los adultos para que ellos adviertan a los chicos sobre los riesgos que se corren al manipular cohetes de diferentes características.
Pasó la Navidad, llega fin de año, y con ello la nueva posibilidad de que muchos entrerrianos que acostumbran a festejar con pirotecnia tomen en cuenta las precauciones que deben tener a fin de evitar accidentes muchas veces traumáticos.
La mitad de las lesiones por pirotecnia afecta a menores de 15 años de edad. Petardos, cohetes y bengalas pueden generar consecuencias como amputaciones, quemaduras, lesiones en los ojos y pérdida de audición, entre otras cosas.
Según las estadísticas, el 60 por ciento de las lesiones se producen en miembros superiores y manos (seis de cada diez casos), el 20 por ciento en abdomen y el tórax, un diez por ciento en la cara y el diez por ciento restante en los miembros inferiores.
La gravedad varía desde heridas leves hasta los casos más graves donde son necesarias intervenciones quirúrgicas para restituir miembros, funciones u órganos vitales.
Para los médicos, la mejor prevención es no usar pirotecnia; desde el punto de vista de la salud no hay buena o mala pirotecnia, ni autorizada, ni no autorizada, ni pólvora negra, ni pólvora blanca: todos los productos son nocivos porque producen daño. El peligro es usarlas, esa es la única causa en este rubro de accidentes.
El ruido de la pirotecnia efectivamente, provoca lesiones y uno de sus efectos es la percepción de zumbidos luego de la detonación que va disminuyendo pero que no desaparece totalmente. Los niños están más expuestos porque su sistema auditivo es más vulnerable.
Muchas veces se cree que hay pirotecnia prácticamente inofensiva lo cual es un error. La pirotecnia siempre tiene riesgos. Las chispas por ejemplo pueden prender fuego la ropa o causar heridas en los ojos.
Se debe poner especial énfasis en aquello en lo cual prevenir situaciones de riesgo como acercarse a los artefactos cuando parecen estar apagados lo cual puede convertirse en el principio de un grave accidente. En esos casos, la reacción debida es apagar la mecha con abundante agua y mantenerse lejos.
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