Pese a los arreglos la ruta 51 se encuentra en estado crítico de transitabilidad
La ruta provincial Nº 51, es una red vial de unos 50 Km que une las localidades de Larroque, Irazusta y Urdinarrain, se encuentra por estos días nuevamente en estado crítico. Hoy llegará el gobernador Sergio Urrubarri y el director general de Vialidad Jorge Rodríguez para ver la posibilidad de acelerar los tiempos y poder asfaltar el paso vial, cuyo proyecto está previsto para el 2011, cuando la provincia esté en condiciones de tomar un cr&eac
Por Diego Elgart EL ARGENTINO (c) - El corredor provincial Nº 51, es una ruta de tierra de unos 50 Km que une las localidades de Larroque, Irazusta y Urdinarrain, que por estos días se encuentra en estado crítico por el fuerte régimen pluvial y por un problema estructural que se arrastra por décadas.
Este paso vial es clave para el desarrollo productivo del denominado triangulo del sur, que comunica a un parque industrial y dos áreas industriales como lo es el Parque Industrial Gualeguaychú, y los predios industriales de Larroque y Urdinarrain, donde estás los acopios de granos y se procesa la materia prima, como sucede con el molino de la Cooperativa Federal Agrícola y Ganadera de Urdinarrain.
Esta ruta siempre fue una pesadilla logística para los productores agropecuarios, que cuentan con emprendimientos agrícolas de producción intensiva en la zona, también el pedido del asfaltado es un histórico reclamos de los sucesivos intendentes que pasaron por las municipalidades de Larroque y Urdinarrain, y una aspiradora de recursos para la zonal de Vialidad “Gualeguaychú”.
En 2007 se realizó una reunión con productores, concejales, legisladores y el entonces director general Vialidad, de la anterior gestión, Santiago Gaitán. El encuentro se llevó a cabo en el Concejo Deliberante de la municipalidad de Urdinarrain donde se les comunicó a los pobladores rurales y productores que hasta el 2011, la provincia no podía tomar más crédito del Banco Interamericano del Desarrollo, que es la entidad que financiará la obra hidráulica y de asfaltado de la ruta 51, por un valor de 50 millones de pesos. Lo que se estima que el asfaltado estaría terminado para el 2013.
Mientras tanto los productores tienen que arreglárselas con el mantenimiento que esté en condiciones de hacer la zonal de Vialidad “Gualeguaychú”.
La repartición cuenta con un campamento en la localidad de Irazusta, al ser éste una ubicación estratégica, por estar casi a la mitad del camino. Cada vez que llueve y el camino se seca, los maquinistas repasan la calzada, para mantener el abovedamiento del camino.
En 28 meses de la gestión del director general de Vialidad Jorge Rodríguez y el jefe zonal local Natalio Gerdau se colocaron 8 mil m3 de ripio, para tapar pozos e intentar resolver la transitabilidad en sectores del paso vial donde se forman pantanos. Además se cambiaron decenas de alcantarillas, y se hicieron cunetas para que el agua de lluvia que baja de los campos pueda escurrir hacia los arroyos pluviales con el fin de reducir la erosión del camino. Todos estos arreglos lograron que durante la sequía que vivió el departamento en 2008, donde solo llovieron 600 mm en todo el año, la gente pudiera transitar sin mayores dificultades, porque los arreglos eran perdurables a pesar de haber tenido un 2009 normal en precipitaciones. Pero con la llegada de El Niño en diciembre pasado, donde el régimen pluvial cambió, poco a poco el ripio y la broza se fueron escurriendo, junto con el torrente de agua, que transitaba por la ruta. Esos 8 mil metros cúbicos de ripio que mandó la provincia para ser colocados en la ruta, significó una inversión y un esfuerzo enorme, pero en 2010 con fuertes lluvias que perdurarán hasta el otoño, se tiene que volver a pensar nuevamente en una reparación integra del camino.
Para agravar las cosas, la vía del ferrocarril, que en la zona de Irazusta, corre en paralelo a la ruta por unos cuantos kilómetros, ésta termina convirtiéndose en un dique para el agua que baja de los campos, y al acumularse tanta agua termina a veces por cortar el camino.
Para resolver este problema, se tienen que construir un sistema de alcantarillado que atraviesen las vías del ferrocarril y permita que el agua drene a través del terraplén.
El tránsito de camiones, maquinarias agrícolas se incrementa año a año, en una zona del departamento con un fuerte desarrollo agroindustrial. De acuerdo a estimaciones para dejar la ruta en condiciones de tansitabilidad todo el año, la provincia tendría que hacer una reposición y ampliación del ripio en la ruta y mejorar el sistema de drenaje, que le consumiría no menos de 20 millones, según estima Vialidad provincial.
Sin embargo, los pobladores de la zona necesitan de una respuesta rápida desde el Gobierno Provincial, que hoy en día debe destinar millones de pesos para resolver la emergencia hídrica que está atravesando la provincia en diferentes departamentos.
Otro inconveniente, que deben enfrentar los productores e intendentes a la hora de los pedidos a Vialidad, es que durante los meses de enero y febrero, la repartición no cuenta con partidas, debido a que el presupuesto 2010, comienza a ejecutarse en marzo de cada año.
No obstante, la zonal cuenta con capacidad operativa para cubrir las emergencias, y hacer un repaso integral del camino, pero nada alcanza con tanta lluvia y por el proceso de desinversión que se dio en esa ruta durante los 30 años de funcionamiento del paso vial.
Los constantes reclamos
Tras los reclamos de los productores, y el estado crítico en el que se encontró la ruta 51, luego de las fuertes precipitaciones de verano, se colocaron 1000 m3 de ripio que le permitirán tapar los pozos a lo largo de los 45 Km del corredor provincial.
El director general de Vialidad, Jorge Rodríguez, manifestó que: “Lo que sucede es que echamos broza en un pozo o en una zona pantanosa, a los dos días llueve, la broza no se alcanza a compactar y es arrastrada por el agua de lluvia a los costados de la ruta y tenemos que volver a llevar la broza nuevamente a su lugar, ese es el trabajo que estamos haciendo en estos momentos”, dijo.
La gran humedad del suelo y en zonas donde aún el barro no se secó, ralentizan el trabajo de la zonal de Vialidad, al no poder ingresar con las máquinas sin correr el peligro de seguir rompiendo la ruta, es por eso que por ahora las tareas de mantenimiento se concentran en los sectores donde hay un piso firme.
Otro sector crítico de la 51, es la zona de Irazusta, donde el camino corre en paralelo con la vía del ferrocarril, y al no tener ésta un sistema de alcantarillado, el agua se acumula provocando que la ruta se corte en época de fuertes lluvias.
“Tenemos que hacer un gran trabajo hidráulico y colocar varias alcantarillas en ese sector, pero recordemos que ese camino está en un tramo del BID, este año nos va a permitir el asfaltado de la ruta 23 y la 20, de cualquier manera uno no sabe cuales son las etapas de estos bancos internacionales, pero vamos a tratar que el financiamiento de la ruta salga lo más ante posible”, manifestó.
Rodríguez estimó que la obra alcanzaría los 100 millones de pesos, por la cantidad de puentes y deagües pluviales que llevará el tramo de los 45 Km de la ruta.
Este paso vial es clave para el desarrollo productivo del denominado triangulo del sur, que comunica a un parque industrial y dos áreas industriales como lo es el Parque Industrial Gualeguaychú, y los predios industriales de Larroque y Urdinarrain, donde estás los acopios de granos y se procesa la materia prima, como sucede con el molino de la Cooperativa Federal Agrícola y Ganadera de Urdinarrain.
Esta ruta siempre fue una pesadilla logística para los productores agropecuarios, que cuentan con emprendimientos agrícolas de producción intensiva en la zona, también el pedido del asfaltado es un histórico reclamos de los sucesivos intendentes que pasaron por las municipalidades de Larroque y Urdinarrain, y una aspiradora de recursos para la zonal de Vialidad “Gualeguaychú”.
En 2007 se realizó una reunión con productores, concejales, legisladores y el entonces director general Vialidad, de la anterior gestión, Santiago Gaitán. El encuentro se llevó a cabo en el Concejo Deliberante de la municipalidad de Urdinarrain donde se les comunicó a los pobladores rurales y productores que hasta el 2011, la provincia no podía tomar más crédito del Banco Interamericano del Desarrollo, que es la entidad que financiará la obra hidráulica y de asfaltado de la ruta 51, por un valor de 50 millones de pesos. Lo que se estima que el asfaltado estaría terminado para el 2013.
Mientras tanto los productores tienen que arreglárselas con el mantenimiento que esté en condiciones de hacer la zonal de Vialidad “Gualeguaychú”.
La repartición cuenta con un campamento en la localidad de Irazusta, al ser éste una ubicación estratégica, por estar casi a la mitad del camino. Cada vez que llueve y el camino se seca, los maquinistas repasan la calzada, para mantener el abovedamiento del camino.
En 28 meses de la gestión del director general de Vialidad Jorge Rodríguez y el jefe zonal local Natalio Gerdau se colocaron 8 mil m3 de ripio, para tapar pozos e intentar resolver la transitabilidad en sectores del paso vial donde se forman pantanos. Además se cambiaron decenas de alcantarillas, y se hicieron cunetas para que el agua de lluvia que baja de los campos pueda escurrir hacia los arroyos pluviales con el fin de reducir la erosión del camino. Todos estos arreglos lograron que durante la sequía que vivió el departamento en 2008, donde solo llovieron 600 mm en todo el año, la gente pudiera transitar sin mayores dificultades, porque los arreglos eran perdurables a pesar de haber tenido un 2009 normal en precipitaciones. Pero con la llegada de El Niño en diciembre pasado, donde el régimen pluvial cambió, poco a poco el ripio y la broza se fueron escurriendo, junto con el torrente de agua, que transitaba por la ruta. Esos 8 mil metros cúbicos de ripio que mandó la provincia para ser colocados en la ruta, significó una inversión y un esfuerzo enorme, pero en 2010 con fuertes lluvias que perdurarán hasta el otoño, se tiene que volver a pensar nuevamente en una reparación integra del camino.
Para agravar las cosas, la vía del ferrocarril, que en la zona de Irazusta, corre en paralelo a la ruta por unos cuantos kilómetros, ésta termina convirtiéndose en un dique para el agua que baja de los campos, y al acumularse tanta agua termina a veces por cortar el camino.
Para resolver este problema, se tienen que construir un sistema de alcantarillado que atraviesen las vías del ferrocarril y permita que el agua drene a través del terraplén.
El tránsito de camiones, maquinarias agrícolas se incrementa año a año, en una zona del departamento con un fuerte desarrollo agroindustrial. De acuerdo a estimaciones para dejar la ruta en condiciones de tansitabilidad todo el año, la provincia tendría que hacer una reposición y ampliación del ripio en la ruta y mejorar el sistema de drenaje, que le consumiría no menos de 20 millones, según estima Vialidad provincial.
Sin embargo, los pobladores de la zona necesitan de una respuesta rápida desde el Gobierno Provincial, que hoy en día debe destinar millones de pesos para resolver la emergencia hídrica que está atravesando la provincia en diferentes departamentos.
Otro inconveniente, que deben enfrentar los productores e intendentes a la hora de los pedidos a Vialidad, es que durante los meses de enero y febrero, la repartición no cuenta con partidas, debido a que el presupuesto 2010, comienza a ejecutarse en marzo de cada año.
No obstante, la zonal cuenta con capacidad operativa para cubrir las emergencias, y hacer un repaso integral del camino, pero nada alcanza con tanta lluvia y por el proceso de desinversión que se dio en esa ruta durante los 30 años de funcionamiento del paso vial.
Los constantes reclamos
Tras los reclamos de los productores, y el estado crítico en el que se encontró la ruta 51, luego de las fuertes precipitaciones de verano, se colocaron 1000 m3 de ripio que le permitirán tapar los pozos a lo largo de los 45 Km del corredor provincial.
El director general de Vialidad, Jorge Rodríguez, manifestó que: “Lo que sucede es que echamos broza en un pozo o en una zona pantanosa, a los dos días llueve, la broza no se alcanza a compactar y es arrastrada por el agua de lluvia a los costados de la ruta y tenemos que volver a llevar la broza nuevamente a su lugar, ese es el trabajo que estamos haciendo en estos momentos”, dijo.
La gran humedad del suelo y en zonas donde aún el barro no se secó, ralentizan el trabajo de la zonal de Vialidad, al no poder ingresar con las máquinas sin correr el peligro de seguir rompiendo la ruta, es por eso que por ahora las tareas de mantenimiento se concentran en los sectores donde hay un piso firme.
Otro sector crítico de la 51, es la zona de Irazusta, donde el camino corre en paralelo con la vía del ferrocarril, y al no tener ésta un sistema de alcantarillado, el agua se acumula provocando que la ruta se corte en época de fuertes lluvias.
“Tenemos que hacer un gran trabajo hidráulico y colocar varias alcantarillas en ese sector, pero recordemos que ese camino está en un tramo del BID, este año nos va a permitir el asfaltado de la ruta 23 y la 20, de cualquier manera uno no sabe cuales son las etapas de estos bancos internacionales, pero vamos a tratar que el financiamiento de la ruta salga lo más ante posible”, manifestó.
Rodríguez estimó que la obra alcanzaría los 100 millones de pesos, por la cantidad de puentes y deagües pluviales que llevará el tramo de los 45 Km de la ruta.
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