Maternidad diferida: una moda que crece
La mujer luchó desde hace muchos años por la igualdad de derechos con el hombre, lo que la llevó a ocupar puestos profesionales, políticos y gerenciales.
En este marco, algunas mujeres optan por no ser madres, sin embargo muchas otras posponen la maternidad para cuando ya es demasiado tarde, resultando muchas mujeres sin hijos entre las profesionales.
La edad promedio del primer embarazo en la mujer ha ido aumentando significativamente en los últimos 40 años. Este retraso de la maternidad conlleva una mayor dificultad para lograr un embarazo, ya que a medida que la edad de la mujer
avanza, se produce una disminución del número y la calidad de los ovocitos.
Un estudio reciente encontró que, en promedio, la mujer nace con aproximadamente 300.000 óvulos, los cuales van disminuyendo con gran rapidez, quedando a los 30 años sólo el 12% de la reserva ovárica y al llegar a los 40 años ésta es del 3%.
Pero no sólo es la cantidad, sino que con el correr de los años va disminuyendo marcadamente la calidad de los ovocitos, por lo que van aumentando los riesgos genéticos del bebé.
Muchas mujeres desconociendo estos datos y pensando que la ciencia las puede ayudar, planean tener un hijo a los 40 años, sin saber que a esa edad las chances de embarazo y de un bebé sano son marcadamente bajas.
Un dato importante es que así como el número y la calidad de los ovocitos va disminuyendo con el tiempo, esto no sucede con el útero, que es el órgano donde se implanta el embrión.
De manera tal que lo que marca las posibilidades reproductivas es la edad de los ovocitos. Por lo tanto si una mujer desea posponer su maternidad podría criopreservar sus ovocitos y utilizarlos unos años después.
El ovocito por sus características biológicas fue una célula muy difícil de criopreservar. Las técnicas convencionales de congelación dañan los óvulos al formarse cristales de hielo.
Actualmente se puede utilizar una técnica denominada vitrificación que a diferencia de las técnicas de congelamiento convencional que produce cristales de hielo que destruyen los óvulos, la vitrificación los enfría lo suficientemente rápido como para que la transformación de líquido a sólido sea instantánea sin formarse cristales de hielo.
Existen ya muchos trabajos que demuestran que las posibilidades de embarazo con ovocitos vitrificados son similares al uso de ovocitos frescos.
La edad promedio del primer embarazo en la mujer ha ido aumentando significativamente en los últimos 40 años. Este retraso de la maternidad conlleva una mayor dificultad para lograr un embarazo, ya que a medida que la edad de la mujer
avanza, se produce una disminución del número y la calidad de los ovocitos.
Un estudio reciente encontró que, en promedio, la mujer nace con aproximadamente 300.000 óvulos, los cuales van disminuyendo con gran rapidez, quedando a los 30 años sólo el 12% de la reserva ovárica y al llegar a los 40 años ésta es del 3%.
Pero no sólo es la cantidad, sino que con el correr de los años va disminuyendo marcadamente la calidad de los ovocitos, por lo que van aumentando los riesgos genéticos del bebé.
Muchas mujeres desconociendo estos datos y pensando que la ciencia las puede ayudar, planean tener un hijo a los 40 años, sin saber que a esa edad las chances de embarazo y de un bebé sano son marcadamente bajas.
Un dato importante es que así como el número y la calidad de los ovocitos va disminuyendo con el tiempo, esto no sucede con el útero, que es el órgano donde se implanta el embrión.
De manera tal que lo que marca las posibilidades reproductivas es la edad de los ovocitos. Por lo tanto si una mujer desea posponer su maternidad podría criopreservar sus ovocitos y utilizarlos unos años después.
El ovocito por sus características biológicas fue una célula muy difícil de criopreservar. Las técnicas convencionales de congelación dañan los óvulos al formarse cristales de hielo.
Actualmente se puede utilizar una técnica denominada vitrificación que a diferencia de las técnicas de congelamiento convencional que produce cristales de hielo que destruyen los óvulos, la vitrificación los enfría lo suficientemente rápido como para que la transformación de líquido a sólido sea instantánea sin formarse cristales de hielo.
Existen ya muchos trabajos que demuestran que las posibilidades de embarazo con ovocitos vitrificados son similares al uso de ovocitos frescos.
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