Sin empleo ni oportunidades.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), difundió las cifras del desempleo en la Argentina.
En el Gran Rosario, poco más del nueve por ciento de la población económicamente activa no tiene trabajo. Esto es de acuerdo al final del segundo trimestre. En el país, la desocupación alcanzó al 7,5 por ciento.
En doce meses se perdieron 190 mil puestos de trabajo. Esta problemática, repetida en la Argentina, indica la falta de oportunidades laborales. Es más, mucha gente ya no busca empleo porque entiende que no lo va a encontrar.
Preocupa sobremanera la falta de oportunidades. Cuando no hay oportunidades, o escasean, tampoco hay esperanzas, expectativas, aspiraciones, ilusiones, proyectos, ambiciones...
La falta de oportunidades a los habitantes es uno de los grandes problemas de una Nación, porque impide proyectarse, impide organizar el presente, impide pensar un futuro promisorio, impide cambiar la realidad.
Es impensable un crecimiento personal sin empleo, sin actividad. Pero, además, una persona que no tiene trabajo puede manifestar síntomas como depresión, apatía, malhumor, ansiedad, dolencias físicas, entre otros males. Estos indicadores no son tenidos en cuenta por la clase dirigente.
Ojalá que los tiempos venideros traigan aparejados mejores condiciones de vida para tantos ciudadanos que ven cómo, día a día, se prolongan las posibilidades de progreso personal.

Marcelo Malvestitti