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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
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La tarea de la División Criminalística en la jurisdicción Gualeguaychú

La tarea de la División Criminalística en la jurisdicción Gualeguaychú

Si hay un área especializada en la Policía, esa es la División Criminalística, cuyos aportes son sustanciales para el esclarecimiento de un hecho delictivo. En el siguiente informe se da cuenta de cómo es su protocolo de actuación y cuál es el ABC de esta especialización que es esencial para la Justicia.


La División Criminalística de la Policía de Entre Ríos realiza una labor indispensable para el buen servicio de justicia, especialmente en asuntos penales.
¿Cómo se trabaja en la jurisdicción de Gualeguaychú? ¿Qué tan lejos o cerca se encuentra de otras Policías? Los procedimientos que debe realizar y con qué medios cuenta son parte del siguiente informe para comprender mejor una tarea que requiere de una perspectiva interdisciplinaria, donde el diálogo de las distintas ciencias confluyen para un mismo resultado: esclarecer un hecho.
La jurisdicción de la División Criminalística abarca el Departamento Gualeguaychú e Islas del Ibicuy. Pero la zona de influencia y actuación directa como jurisdicción pericial es más amplia, porque los magistrados remiten directamente a la División los hechos que requieren de esa asistencia y que corresponden al Departamento Gualeguay y Uruguay y en ocasiones incluso realizan pericias de sucesos ocurridos en el Departamento Tala y Colón.
La División cuenta con tres personas que cubren tres turnos de guardia diarios. Se trata de policías especializados en alguna área pericial. Actualmente se cuenta con tres licenciados (Bromatología, Accidentología Vial y hace un mes se incorporó una licenciada en Criminalística). Esta División también cuenta con un bioquímico que se encarga de la parte Química Forense y análisis que no requieren de instrumental técnico elevado.
En total son doce personas. Y más allá de que dan respuesta a los requerimientos, se trata de un equipo escaso de personal que por lo menos debería contar con el doble de profesionales, atento a la extensión del territorio que deben atender.
Hace unos meses incorporaron una camioneta Chevrolet cero kilómetro, aunque falta equiparla para poder trasladar el equipo de trabajo de campo del personal de guardia hacia los distinto lugares que sean requeridos.
EL ARGENTINO dialogó con el comisario principal y jefe de la División de Criminalística, Damián Andrés Irigoytía, quien además es perito en Accidentología Vial y Documentología; con el subcomisario (segundo a cargo de la División), Alberto Martín Grinóvero, quien también es licenciado en Accidentología Vial; y con el coordinador de los fiscales, Mauricio Derudi.
Irigoytía define que el objetivo de la Criminalística “es estudiar el crimen para establecer el cómo, dónde, cuándo y quién del delito”, aportando pruebas científicas relacionadas con la forma en que el delito se ha perpetrado, estableciendo una cronología y la concordancia entre las pruebas e indicios y el hecho.
Grinóvero explicó que “el lugar de los hechos es de gran importancia ya que de la revisión minuciosa del lugar surgirán indicios, evidencias e información que permitirán establecer lo que sucedió”.
Para ambos especialistas, es importante aplicar una metodología lógica y congruente que permita no perder de vista ningún detalle por más insignificante que pueda aparentar, partiendo como primera acción la de proteger el lugar y que se verá reflejado en el éxito de la investigación, continuada por una observación, fijación gráfica, escrita y testimonial del lugar hasta llegar a la recolección, embalaje y posterior estudio de la evidencia física, que en conjunto permite la reconstrucción del hecho, identificación y relación del sujeto con el escenario del suceso.
Derudi aporta que “además de la confesión del sospechoso, de las declaraciones de testigos e incluso de la propia víctima, la información que brinda la tarea de Criminalística es clave porque permitirá llevar al convencimiento al magistrado de la culpabilidad o inocencia de una persona y en consecuencia impartir una correcta justicia”.

Herramientas

Irigoytía explicó que la herramienta básica para la Criminalística son los indicios.
Estos indicios son variados y pueden ser impresiones dactilares y diversas huellas como de sangre y otros fluidos, huellas de pisadas humanas (calzadas, descalzas), de animales, de neumáticos (por aceleración, rodado, frenado o desplazamiento), de herramientas (principalmente en robos y que dejan rastros en muebles, puertas, ventanas y otras aberturas), de rasgaduras en ropas (que indican defensa, forcejeo o lucha), de labios pintados sobre papel, ropas, vajillas como vasos y tazas, de dientes y uñas, de armas (de fuego, blancas, balas, casquillos servidos), de pelos y fibras sean naturales o artificiales, de polvos (limaduras de metal, de madera, de tierra, entre otros).
Para Derudi, se trata de una tarea científica que permite transformar un simple indicio hallado, en una prueba a través de métodos experimentales o positivos. “Por eso es un auxiliar de importancia para la Justicia, dado que permite reconstruir el cómo, dónde, cuándo y a veces individualizar el autor del delito y así evitar que no haya impunidad”. Por eso esta tarea se encuentra integrada por distintos saberes y disciplinas.

Lugar del hecho

Irigoytía no habla de “la escena del crimen”, porque “eso presupone la existencia de un delito antes de investigarlo o establecido por la Justicia”. Él prefiere hablar “del lugar del hecho”, que es el espacio físico en el que se ha producido un acontecimiento, susceptible de una investigación con el propósito de establecer si hubo o no un delito.
En la Justicia se sabe que un mínimo cambio en la escena de los hechos puede cambiar la interpretación de los hechos.
Verificada la existencia de la escena del delito, corresponde inmediatamente su preservación para garantizar los elementos, rastros o indicios que puedan existir y evitar pérdidas y alteraciones.
La protección inicial del lugar del hecho en primer término, exige establecer el perímetro dentro del cual se presume la existencia de la mayor cantidad de indicios. Derudi explica que el funcionario policial que primero arribe al lugar, es el responsable de la protección inicial del espacio físico y de los elementos que allí se encuentran y que esa protección debe mantenerse hasta que, habiendo finalizado la tarea los peritos, la autoridad competente disponga lo contrario.
En la escena del crimen existen tres zonas cuyos límites estarán fijados de acuerdo a las características del suceso.
* Zona interior crítica, que es el perímetro dentro del cual es altamente probable que existan elementos, rastros y/o indicios del hecho que se investiga.
* Zona exterior restringida, que es el sector de libre circulación y permanencia en el cual deben agruparse los diversos especialistas convocados a tal efecto como el personal policial o de fuerzas de seguridad de apoyo, funcionarios judiciales o del Ministerio Público Fiscal, entre otros.
* Zona exterior amplia, que es el sector de libre circulación y permanencia.

Testigo mudo

Irigoytía explicó que una vez circunscripto el lugar del hecho, se debe hacer hablar a los llamados “testigos mudos”. Y para ello intervienen un equipo de auxiliares técnicos, que son en rigor los primeros en visitar la escena donde se quiere constatar si se ha cometido un hecho considerado delictivo.
Y aporta algo más. Sostiene que es muy valiosa la tarea de quien confecciona los planos y del fotógrafo en la escena de un delito. “Si fuera un cuerpo, la planimetría serían los huesos y las imágenes los músculos”, explica con esta metáfora.
Ese equipo no actúa en forma indiscriminada, sino siguiendo un ordenamiento que permite una actuación eficaz para alcanzar el mejor de los resultados.
El orden de ingreso es el siguiente:
1) Fotógrafo: para documentar fidedignamente todo cuanto se relaciona con la escena del delito y sus adyacencias, antes de que se toque o remueva nada. Y fotografía desde lo general hacia lo particular.
2) Planimetrista: interviene para tomar y verificar todas las medidas que permitan confeccionar con exactitud y fidelidad los diversos croquis que, completándose con la fotografía, brindarán al fiscal y a las partes, todo cuanto sea de utilidad para alcanzar la verdad en el proceso penal. Esta tarea luego se vuelca a escala gráfica determinada que dará una apreciación como si estuviera en el lugar del hecho.
3) Médico legista: (si se investiga un homicidio) para que informe sobre la causa y la hora (siempre aproximada) de la muerte, si allí donde se encuentra el cadáver es realmente el lugar donde recibió la última ofensa que le causó la pérdida de vida, la existencia o inexistencia de rigidez cadavérica en relación con la hora de la muerte, la determinación de los orificios de entrada y salida si presenta heridas provocadas por proyectiles de armas de fuego, entre otros análisis.
4) Especialista en rastros papilares: que examina todos los objetos o lugares idóneos para captar los dejados por el delincuente y que conducirán a establecer su identidad por medios directos. En Gualeguaychú, este mismo personal realiza un levantamiento de indicios biológicos y no biológicos (pelo, sangre, fibras) que son trasladados al laboratorio para su posterior análisis.
5) El perito en balística: que establecerá si el arma funciona, la distancia del disparo, el arma empleada, calibre, trayectoria del disparo, entre otros puntos.
En Gualeguaychú no hay perito químico, pero esta tarea es realizada por personal de criminalística con procedimientos de protocolo y los analiza un bioquímico policial y otras se remiten a Paraná, porque el equipamiento más sofisticado se encuentra allá.
Irigoytía recomienda dos cuestiones al momento de realizar una inspección ocular: la primera es la minuciosidad. “El investigador no debe subestimar nada de lo que se encuentre en la escena, por más insignificante que parezca de entrada”. Y la segunda es la imparcialidad. “No se debe rechazar nada por el solo hecho de que se oponga a la hipótesis que inicialmente podamos tener con respecto al hecho investigado”.
Si bien intervienen otros profesionales –incluso un capítulo específico habría que dedicar al médico forense- esta descripción es la tarea rutinaria o el protocolo de procedimiento que utiliza la División Criminalística al momento de abordar una investigación por un hecho que tiene conflicto con la ley.

 

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