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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
Columnista Invitado

La inflación como política de endeudamiento

La inflación como política de endeudamiento

 Por Diego A. Fernández (*)


Administrar la nación no requiere tanto de especialistas como de gente con sentido común que respete la libertad de las personas y el ejercicio de toda industria licita.
Todos contribuimos con nuestros impuestos a generar los recursos del gobierno y los que gobiernan deben cuidar como los gastan.
Son las personas - no los gobiernos- los que generan con su trabajo libre y fecundo, la riqueza que luego distribuirán entre quienes han contribuido a crearla y finalmente la agotaran con sus consumos.
Una pequeña parte de esa riqueza debemos los ciudadanos entregarla a los gobiernos para que administren los gastos que son comunes.
Cuando los gastos de los gobiernos se descontrolan, quienes pagamos el exceso somos siempre los ciudadanos y nunca los gobernantes.
Al principio ese exceso del gasto se cubre con mayores impuestos y cuando estos ya no son suficientes con endeudamiento tanto externo como interno.
Pero cuando ya todo ha sido superado, cuando el gasto público no para de crecer y no hay de donde sacar más plata, entonces los gobiernos buscan en el poder ilimitado su tabla de salvación.
La moneda termina siendo en la Argentina el último recurso de los gobiernos náufragos para cubrir los gastos públicos que no pueden bien administrar.
Entonces se recurre a la maquinita de emitir, obligando a los ciudadanos a suscribir obligatoriamente estos billetes que pierden valor a medida que la máquina trabaja.
El capital entero de la nación va siendo consumido por los gobiernos que fuerzan a sus ciudadanos a prestarle todo el valor de sus sueldos y de sus trabajos a cambio de recibir de él, la deuda pública emitida en forma de papel moneda.
“La riqueza de las naciones es la obra de las naciones, no de sus gobiernos decía Juan Bautista Alberdi” y agregaba: “Si no tuvieran otro fabricante de sus riquezas que los gobiernos, todas las naciones, sin excepción de una sola, estarían en la miseria”.

(*)  Contador Público UBA






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