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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
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La Caru sin cambios y con continuidad

La Caru sin cambios y con continuidad

 Desde la recuperación de la democracia en 1983 hasta la fecha, solo una mujer fue designada canciller del país. Con Raúl Alfonsín estuvo al frente de esa cartera Susana Ruiz Cerutti, actual responsable de la estratégica área de Jurídica del Palacio San Martín.


La segunda mujer en acceder al cargo de canciller será Susana Malcorra, actual jefa de gabinete y mano derecha del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Valga esta introducción para profundizar en otro contexto estrechamente ligado con Gualeguaychú, Entre Ríos y la cuenca del río Uruguay. La Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru) como la Comisión Administradora del Río de La Plata (Carp) son dos organismos estratégicos para las relaciones con la República Oriental del Uruguay y dependen –claro está- de Cancillería.
Los actuales funcionarios argentinos de la Caru se despedirán el 10 de diciembre de su gestión en ese organismo binacional con resultados absolutamente negativos en materia ambiental; con una actitud propia de una cultura predemocrática y más oscura que la medieval porque han sido permanentes obstáculos para el acceso a la información pública.
El conflicto vigente por la presencia de la pastera UPM Botnia genera lógicas expectativas sobre el futuro de este organismo, por su impacto directo en la salud de la población ribereña y la defensa de la biodiversidad. Pero no es el único problema que afecta a la salud del río Uruguay.
Los dos últimos presidentes de la delegación argentina ante la Caru, los embajadores Roberto García Moritán y Hernán Darío Orduna tuvieron gestiones al frente del organismo binacional demasiado parecidas: estar más sujetas a los intereses de la pastera que a la defensa de los derechos de las poblaciones ribereñas. Y en ese marco también debe inscribirse el vicepresidente de la delegación argentina Héctor Ramón Rodríguez.
En cuanto a los delegados, el país tiene tres: el profesor Horacio Melo (oriundo de Gualeguaychú), el ingeniero Héctor Retamal (oriundo de Concepción del Uruguay) y el embajador Rodolfo Ojea Quintana.
La gestión de Mauricio Macri deberá designar el reemplazo de estos cinco funcionarios. La incógnita será si cambiará la política de relacionamiento con el vecino país. Todo indica que no habrá demasiados cambios en el planteo específico de la pastera, porque nada permite sostener que ahora sí habrá una política ambiental clara y precisa que favorezca la biodiversidad e impida la presencia de estas mega industrias extractivas.
Está claro que la delegación argentina ante la Caru tuvo un rol preponderante para garantizarle a la pastera la continuidad de sus actividades. Para ello se valió del concepto anti republicano de impedir siempre el acceso a la información y ponerle un cepo o un blindaje para que la “ciencia” en vez de “hablar” tal como lo había prometido el canciller saliente Héctor Timerman, fuera ciega, sorda y muda. Un despropósito por donde se lo quiera analizar.
El conflicto pastero, que ya lleva más de doce largos años, no será una herencia de gestión; porque todo indica que nada cambiará, que todo seguirá igual y que los pueblos ribereños seguirán sin justicia ambiental. En esta materia específica no habrá cambios, sino continuidad. O en todo caso, la innovación será solo una cuestión de nombres.

Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO


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