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Diario El Argentinodomingo 28 de abril de 2024
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El Carnaval cerró la peor temporada de su historia

 El Carnaval cerró la peor temporada de su historia

El espectáculo vendió menos entradas que las temporadas más críticas de su historia, que fueron la de 1992 durante la epidemia del cólera. En 1998 durante el fenómeno del Niño que causó inundaciones y el 2001 por la crisis económica.  Los clubes deberán en conjunto con el Estado y el sector turístico tendrán que rediscutir, estrategias  para que el espectáculo pueda recuperar pú


Nuestro principal producto turístico está en crisis, y de no revertirse esta situación tendrá un fuerte impacto en el desarrollo futuro de nuestra industria turística.
La baja en la venta de entradas fue la peor de la historia, hasta inclusive  representó una merma de 22 mil entradas con respecto al  del peor año que haya tenido el espectáculo que fue en 1992, cuando el intendente de entonces Luis Leissa se vio obligado a suspender el show en febrero debido al avance de la epidemia del cólera en el país que en ese momento significaba una amenaza para la salud pública de la ciudad.    
La preocupación de la dirigencia del Carnaval ahora se centrará en cómo parar la caída en ventas de entradas de adultos, cuya curva no para de caer desde el 2012.
El próximo 31 de marzo se vence el plazo para la devolución del dinero a la municipalidad. A fines de noviembre el Ejecutivo, previo paso por el HCD,  le giró  2,4 millones de pesos a la Comisión del Carnaval para contribuir con los gastos de la puesta en escena. 
Vencido ese plazo comienza a correr intereses, pero los clubes no estarían en condiciones de honrar esa deuda y tendrían que sentarse nuevamente con el Ejecutivo para refinanciarla.  

Las causas del mal año

Para la consultora contable Fernández-Tesone,  quien lleva las estadísticas de la evolución del espectáculo desde 1991, son muchas las variables a analizar sobre la caída en participación de público. 
“Se juntaron varias cosas, la promoción no fue tan mala, pero faltó reforzar la publicada en febrero. Las inundaciones en la provincia de Entre Ríos afectaron mucho la concurrencia de turistas porque la gente en el mes de febrero pensaba que la ciudad estaba inundada. 
La reducción del porcentaje de la gente que acampa también es preocupante, porque ese era el turista que llegó a representar el 60 por ciento del público y en la última década fue disminuyendo y se perdió casi por completo”, agregó Diego Fernández uno de los titulares de la consultora.
“Tenemos otro sector que perdimos que es el de los jubilados que era un público interesante, que generaba todo un movimiento de colectivos en la ciudad que este año no lo tuvimos”.
A las deficiencias en la promoción hay que agregarle el impacto ocasionado por el recambio político a nivel nacional, las nuevas medidas económicas, la devaluación  y el incremento de la inflación, “todo esto hizo que la gente se retraiga, porque sabía que se le venía el incremento de los servicios y previendo esto se  retrajo en el consumo. Todo esto afectó de una forma tremenda el ingreso de público al espectáculo y terminó siendo el peor año de la historia”.     
El comportamiento socioeconómico del turismo también afectó a nuestra plaza, al igual que otros destinos del país. Al planificar sus vacaciones de la temporada estival en el último trimestre del 2015, pagaron paquetes turísticos al exterior con un dólar a 10 pesos. Esto generó que más de 2 millones de argentinos se desplazaran a los centros turísticos de Uruguay y Brasil, restando divisas a la industria turística nacional, y Gualeguaychú no fue la excepción.    
 “Tenemos que buscar estrategias para poder volver a captar a los sectores del público que hemos perdido como los jubilados. Luego vemos que con respecto a las edades se mantiene en el grupo etario que está entre los 30 a 60 años, hubo muchas familias, este es el grueso del público del carnaval”.
Al ser consultado por si tenemos fama de ciudad cara, Fernández dijo que: “Pienso que sí que somos caros, cuando vos le preguntas al turista nos dice que no, que los precios están bien, pero le estamos preguntando a la persona que viene, lo que quiere decir es que está de acuerdo con los precios. Tenemos que preguntarle al turista que no viene y no se le puede preguntar por qué no está y eso es lo que nos está faltando. Tenemos que recuperar lo perdido”, destacó. 
Números comparativos en 
venta de entradas de adultos 

De acuerdo a la consultora, para que el espectáculo tenga un margen de ganancia y pueda terminar con todas las cuentas pagas, necesita cerrar la temporada con 120 mil entradas vendidas. 
Esa meta dejó de alcanzarse desde hace ya varias temporadas, y en 2016 con 67. 661 entradas vendidas, habla que el espectáculo deberá revisar sus costos operativos para seguir siendo sustentable.
El año pasado se comercializaron 94 mil entradas, prácticamente lo mismo que el verano del 2014- que cerró 94.735. Estos datos interanuales, permitió a la dirigencia carnavalera tener un respiro, porque almenos habían logrado parar la caída.
En décadas pasadas, se consideraba como uno de los años más oscuros del espectáculo 1992, cuando el Carnaval se hacía en Av. Rocamora. En aquel entonces la temporada había comenzado con una concurrencia de público muy buena, pero en febrero sufrió un golpe inesperado cuando el director del Hospital de entonces, le sugirió al intendente Luis Leissa, que por la epidemia del cólera que se daba a nivel nacional, amenazaba la salud pública de la ciudad, por la gran afluencia de turistas. Ese año fue malo para las arcas carnavaleras, pero la temporada cerró con 89 mil entradas vendidas. 
En 1993, fue también un año malo porque varias ediciones tuvieron que suspenderse por mal tiempo, no obstante se cerró 94.835 entradas. 
En 1998, que al igual que el 2016, se padeció las inclemencias del tiempo por el fenómeno del Niño, la temporada terminó con 129.902 entradas, pese a que no hubo playas aquel año.
En 2001 cuando el país atravesaba su peor crisis moral y económica tras  la recuperación de la democracia, el espectáculo cerró con 103.734 entradas vendidas.
De lo que va del siglo el mejor año fue el 2009 con 180 mil entradas comercializadas. Desde el 2011 la venta fue disminuyendo y desde entonces no se pudo parar la caída. 
“El carnaval tiene que replantear el espectáculo y creo que el camino no es la de reducir noches, hay que reducir costos sin que ello vaya en detrimento del espectáculo. Necesitamos sectorizar más al público en el Corsódromo tener populares con buenos servicios pero sin que esto signifique que haya que cobrarlas bien porque no vamos a tener publico que la pague. Lo que necesitamos es que el público este cómodo y que el espectador de la popular gaste dentro del espectáculo y nos permita recuperar al jubilado y al excursionista, que hoy no lo tenemos”, remarcó Fernández.

Los costos del
 espectáculo 

Los clubes invirtieron 25 millones de pesos entre el armado de las tres comparsas, gastos de puesta en escena y costos fijos del mantenimiento de los servicios del Corsódromo para brindar el espectáculo.
La ganancia neta de la temporada fue de 17 millones de pesos que debe redistribuirse entre los clubes participantes en la temporada y entre  las dos comparsas que no salieron.
Es así que para Marí Marí, la comparsa del club Central Entrerriano, la ganadora de la actual edición, se lleva el 31,5 por ciento de la recaudación total de la venta de entradas, en segundo lugar  O´ Bahía, del Club Pescadores, con el 29 por ciento y Papelitos del club Juventud Unida, con el 27 por ciento.
A los clubes restantes que integran la Comisión del Carnaval y que  este año no salieron por haber descendido la temporada pasada, se le reparte el 6,75 por ciento para el Club Sirio Libanés (Kamarr)  y El Tiro Federal (Ara Yeví) se lleva el 5,75  por ciento. A su vez el ingreso total por la venta de las localidades se distribuye por partes iguales.
No obstante pese a que la temporada no fue tan buena, el turismo del carnaval dejó 161 millones de pesos contra 217 millones de pesos, es decir que hay una merma en el ingreso de divisas turísticas a nuestra economía de 56 millones de pesos sin medir el impacto que ocasionó la fuerte inflación provocada por la devaluación.  
Esta baja en el ingreso de la divisa turística, se dio por una merma en el gasto per cápita del turista que este verano fue de 756, 52 pesos en promedio cuando el año pasado llegó a 780,44 pesos. Otro dato que impresiona es el incremento en una década del gasto per cápita del turista, por la inflación. 
En 2006 un turista gastaba 72,48 pesos, diez años después el gasto trepó a 756,52 pesos, el incremento por la inflación durante el periodo que abarca del 2006 al 2016  fue del 1.044 por ciento, según los datos de la consultora.
La crisis en la comercialización del Carnaval amenaza su sustentabilidad. Será la pericia de poder consensuar esfuerzos entre la dirigencia de los clubes, el sector empresarial turístico y el Estado, el de poder hacer de esta crisis una oportunidad para que el Carnaval del País salga fortalecido.   

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