Se declara eco ambientalista a muerte y se le cree, porque no hace dudar

Actualmente y desde los ´90, como dijo, es instructora de manejo, pero su infancia y adolescencia las transcurrió practicando básquet en el Club Independiente y más aquí en el tiempo, lucha libre, bicicleta y canotaje.
Justamente: este permanecer durante horas en contacto con el río la llevó a ver esa cara de la moneda que a veces no miramos: la suciedad, la contaminación, el avance de las malas prácticas sobre el río querido.
“Siempre practiqué deportes”, dijo en la entrevista, para recordar “de chiquita empecé danzas clásicas y españolas. Como mis padres no podían seguir pagando, me cambié al básquet, que jugué en Independiente y seguí después en otros clubes”.
“Hubo momentos en que no lo hice, porque estuve radicada primero en Misiones y luego en Buenos Aires. Pero jugué hasta los 48 años. Cuando volví a Gualeguaychú, jugué en Independiente, Racing, Pueblo Nuevo y Central”, reseñó su paso por estas canchas.
“También entrené en lucha libre y le ganamos a las porteñas en el Campeonato argentino”, acotó, orgullosa. “Como siempre hice deportes, muchos creen que soy profesora, pero me gustan los deportes. Ahora tengo una lesión en una mano pero sigo con el canotaje, porque el río es mi vida”.
Llegó a tener a su cargo el grupo de canotaje del Club Pescadores, “la escuela más grande de canotaje Gualeguaychú”, aseguró, para agregar “en su momento llevamos 42 palistas a competir”.
“Ahora lo hago por esparcimiento, pero algo que nunca abandoné es la lucha por la ecología y el medioambiente”.
Es que el contacto con el río, el ejemplo de su papá cuidando animales y respetando la naturaleza siendo encargado del camping municipal en Puerto Boca, hicieron que Mary fuera, años después, una de las fundadoras de la Agrupación Ñandubay, precursora de la Asamblea Ciudadana Ambiental del Gualeguaychú.
“Por entonces las cloacas salían al río por el balneario, algo que hoy no se puede creer.
Hicimos un nota peticionando por esto y al poco tiempo comenzamos a juntarnos con gente preocupada por este tema y entonces supimos que se venían cinco pasteras a instalarse frente a nosotros. Nadie nos quería creer, no nos daban importancia. Entre 2000 y 2001 creamos Ñandubay. Recuerdo que la primera reunión fue en el Centro Sirio Libanés. Quisimos un nombre que representara lo autóctono y la llamamos “Agrupación eco ambientalista Ñandubay”.
Vaya paradoja, le dijimos, hablar de los inicios de la Asamblea Ciudadana Ambiental cuando se informa de la construcción de una nueva planta de celulosa en territorio uruguayo, que sería más grande que la actual UPM y estaría ubicada en los márgenes del río Negro, afluente del Uruguay...
“En la Asamblea también denunciamos el uso de agrotóxicos en la agricultura y en lo personal, cuando se han producido emanaciones de la pastera y no se ha atendido a la gente como corresponde, aplicando el protocolo, también me he quejado”.
Dijiste “me quejo”, y esto te ha valido que te cataloguen de escandalosa, ¿qué decís?, le preguntamos y Mary respondió “si protestar por la salud, el medio ambiente, los derechos, es hacer lío, me pueden tratar de loca o ... Pero reclamo porque hablo con la gente y me entero de los problemas que tiene a causa de la contaminación del agua, del aire, etc.”
En definitiva, los que la desacreditan, lo hacen porque les molesta las verdades que Mary grita.
“Los problemas son con la gente que tiene intereses creados. Por el contrario, quienes se han visto beneficiados por lo que hacemos, como por ejemplo, habernos sumado a la protesta de los vecinos del Barrio Don Pedro, saben que no pataleamos en vano. Cuando estos vecinos comenzaron a movilizarse, fuimos a una reunión con ellos, los escuchamos, llamamos a la dirección de Medioambiente para que fueran. Lo hicieron, se labraron las actas y se avanzó sobre los dos focos contaminantes”.
¿Cómo te definís, como activista ambiental?, le preguntamos y sin dudarlo, Mary dijo “soy eco ambientalista a muerte, por más que me digan que soy loca”. “Cuando era chica, disfrutaba del río en distintos lugares, sin problemas. Pero hoy, no puedo dejar a mis nietas que se metan al río”, lamentó, haciéndonos recordar que ahora integra el colectivo Salvemos el Río Gualeguaychú.
Eco ambientalista a muerte, como dijo, tendremos Mary por mucho tiempo. Porque la han asustado, según nos contó, pero el miedo le ha durado poco.

 

POR Silvina Esnaola
EL ARGENTINO