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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
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La puerta de la salvación es estrecha pero está abierta de par en par

La puerta de la  salvación es estrecha pero está abierta  de par en par

  “¡La puerta de la misericordia de Dios es estrecha pero siempre abierta de par en par para todos! Dios no tiene preferencias, recibe siempre a todos, sin distinción. Es estrecha para restringir nuestro orgullo y nuestro temor”, expresó ayer al mediodía el Santo Padre en sus palabras previas al rezo del Ángelus. 



Meditando el Evangelio del día, el papa Francisco recordó que el objetivo de la vida es alcanzar la salvación eterna y por ello no se deben desperdiciar la vida como si fuese “un videojuego o una telenovela”, señaló.
El pasaje del Evangelio al que se refirió el Pontífice es aquél en donde le preguntan a Jesús: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. “Jesús –explicó- no da una respuesta directa, sino coloca el debate a otro nivel, con un lenguaje sugestivo, que al inicio tal vez los discípulos no entienden: ‘Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán’”.
“Con la imagen de la puerta, Él quiere hacer entender a sus espectadores que no es cuestión de número – cuantos se salvarán –, no importa saber cuántos, sino es importante que todos sepan cuál es el camino que conduce a la salvación: la puerta”, que es Jesús mismo, afirmó el Pontífice.
“El Señor –añadió- nos ofrece tantas ocasiones para salvarnos y entrar a través de la puerta de la salvación. Esta puerta es una ocasión que no se debe desperdiciar, ya que en cierto momento, dice el Evangelio, ‘el dueño de casa se levantará y cerrará aquella puerta’. Pero si Dios es bueno y nos ama, ¿Por qué cierra la puerta?, se preguntó Francisco, a lo que añadió: “Porque nuestra vida no es un videojuego o una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo a alcanzar es importante: la salvación eterna”.
En ese sentido, aseguró el Papa que “la salvación que Él nos dona es un flujo incesante de misericordia: un flujo incesante de misericordia, que derriba toda barrera y abre sorprendentes perspectivas de luz y de paz. La puerta estrecha pero siempre abierta: no olviden esto. Puerta estrecha, pero siempre abierta de par en par”.
Antes de terminar, el pontífice hizo a los fieles “una propuesta”. “Pensemos ahora, en silencio, un momento, en las cosas que tengo dentro de mí y que me impiden atravesar la puerta: mi orgullo, mi soberbia, mis pecados. Y luego, pensemos en la puerta, aquella abierta por la misericordia de Dios que de la otra parte nos espera para darnos el perdón. Un momento, en silencio, pensemos en estas dos puertas”, invitó.
Finalmente, exhortó a pedirle a la “Virgen María, Puerta del Cielo, que nos ayude a aprovechar las ocasiones que el Señor nos ofrece para atravesar la puerta de la fe y entrar así en el camino de la salvación”.
 

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