El trabajo de dos instituciones permite que un joven cuente con una silla de ruedas motorizada
Un adolescente de 18 años que padece una Distrofia Muscular logró obtener una silla de ruedas motorizada a partir del trabajo articulado que realizó el Hospital Centenario y el COPNAF local.
Pablo Recchia, director de la Residencia Socioeducativa Manuel Alarcón dependiente del Consejo Provincial del Niño, Adolescente y la Familia, precisó que “Carlitos está cumpliendo con un protocolo del Hospital Garraham con seguimiento del equipo técnico del COPNAF y del Servicio Social del Centenario”.
Un informe enviado a EL ARGENTINO indica que “el tratamiento del paciente ha sido constante desde que cumplió 9 años, se lo respalda en sus necesidades, evalúa periódicamente y se lo asiste en su formación”.
Recchia expresó que era “indispensable que Carlitos se pudiese manejar en una silla de ruedas motorizada para mejorar su calidad de vida y que no sienta dependencia de nadie. La silla son sus piernas, por lo tanto, con muy buen atino el Hospital acompañó en la gestión para solventar con dinero su compra”.
Para cumplir con los requerimientos del paciente, COPNAF Gualeguaychú seleccionó un “fabricante de sillas que está en Concordia y conseguimos que elaboren una silla de la calidad y necesidades que demandaba el caso”.
Carlitos “ya hace un mes que la está usando, obviamente, es de su propiedad y la puede llevar a su casa”, destacó Pablo Recchia, quien agradeció al director del nosocomio, Dr. Hugo Gorla, por allanar los caminos para concretar la donación.
También valoró “la alegría y felicidad que siente una persona con esta discapacidad al poder manejarse por sí sólo. Cada día, va y viene desde su hogar a unas 15 cuadras de la residencia. Le cambió la vida, es alguien absolutamente independiente con su escolaridad primaria completa, la secundaria hasta dónde él quiso y un nivel cultural que le permite relacionarse con cualquier persona o manejar su computadora sin problemas”.
Carlitos, alentado por los profesionales de COPNAF, es un ejemplo que “el trabajo en conjunto en red y articulado hace que un sujeto goce de una condición de vida más aceptable, de acuerdo a sus condiciones físicas” cerró Pablo Recchia, director de la Residencia situada en la Costanera.
Un informe enviado a EL ARGENTINO indica que “el tratamiento del paciente ha sido constante desde que cumplió 9 años, se lo respalda en sus necesidades, evalúa periódicamente y se lo asiste en su formación”.
Recchia expresó que era “indispensable que Carlitos se pudiese manejar en una silla de ruedas motorizada para mejorar su calidad de vida y que no sienta dependencia de nadie. La silla son sus piernas, por lo tanto, con muy buen atino el Hospital acompañó en la gestión para solventar con dinero su compra”.
Para cumplir con los requerimientos del paciente, COPNAF Gualeguaychú seleccionó un “fabricante de sillas que está en Concordia y conseguimos que elaboren una silla de la calidad y necesidades que demandaba el caso”.
Carlitos “ya hace un mes que la está usando, obviamente, es de su propiedad y la puede llevar a su casa”, destacó Pablo Recchia, quien agradeció al director del nosocomio, Dr. Hugo Gorla, por allanar los caminos para concretar la donación.
También valoró “la alegría y felicidad que siente una persona con esta discapacidad al poder manejarse por sí sólo. Cada día, va y viene desde su hogar a unas 15 cuadras de la residencia. Le cambió la vida, es alguien absolutamente independiente con su escolaridad primaria completa, la secundaria hasta dónde él quiso y un nivel cultural que le permite relacionarse con cualquier persona o manejar su computadora sin problemas”.
Carlitos, alentado por los profesionales de COPNAF, es un ejemplo que “el trabajo en conjunto en red y articulado hace que un sujeto goce de una condición de vida más aceptable, de acuerdo a sus condiciones físicas” cerró Pablo Recchia, director de la Residencia situada en la Costanera.
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