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Diario El Argentinosábado 18 de mayo de 2024
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Don Ricardo Taffarel: un hombre de la democracia

 Don Ricardo Taffarel: un hombre de la democracia

La muerte siempre sorprende y mucho más cuando arrebata a un alma buena. Ayer a las 18, falleció Ricardo César Taffarel; un hombre clave en el fortalecimiento de la democracia y las libertades que hoy gozamos. Pero también un hombre clave en la construcción de valores elogiosos de la vida como la familia, la lealtad, la amistad y especialmente la protección hacia los más humildes. Por Nahuel Maciel EL ARGENTINO


Había nacido el 22 de abril de 1933 en Larroque. Fue el tercero de cuatro hermanos del matrimonio conformado por Pablo Taffarel y Rafaela Arbía.
La raíz del campo y las alas de la participación política marcaron su destino. El campo paterno se llamaba “Yohasá” que en lengua guaraní significa “Buena persona”. Nada es casual, porque esa definición describe de pies a cabeza a don Ricardo Taffarel, y él la ha honrado a lo largo de su fecunda vida.
A los ocho años se radicó en Gualeguaychú, porque su familia quería garantizarle los estudios. 
Radical de toda la vida, fue el primer intendente luego de la recuperación de la democracia en 1983. Tal vez de su padre heredó esa vocación por lo público, dado que don Pablo Taffarel había sido intendente de Larroque, también por la UCR en el período 1939-1943.
Egresado de la Escuela Matheu, la secundaria la cursó en el Colegio Nacional “Luis Clavarino”. Quiso ser abogado en la Universidad de La Plata, pero el servicio militar obligatorio interrumpió esa vocación. Así, se dedicó de lleno a las actividades agropecuarias, primero con su padre y sus hermanos y  luego solo.
La Revolución del 4 de junio de 1943 golpeó duro en su familia. Ya en tercer año de la secundaria presidía la juventud radical estudiantil. “Siempre tuve la actitud de colaborar con el partido y nunca aspiré a ocupar ningún cargo”, confió alguna vez a este cronista en la sección Diálogos de EL ARGENTINO.
“En mi época, la militancia era un compromiso con la cosa pública, con la democracia, con el interés general. A ningún militante, de ningún partido, se le ocurría la especulación de un cargo público. Eso era consecuencia, nunca causa o fin”, dijo con esa voz templada y bondadosa que lo caracterizaba y le daba el tono de la sabiduría que otorga la experiencia. Don Ricardo Taffarel fue algo más que el primer intendente de la recuperación de la democracia. Fue el hombre que le dio sentido a esa naciente democracia en 1983 en Gualeguaychú.
La vida de este hombre bueno abarcó también el deporte. Fue presidente de la Liga Departamental de Fútbol e incluso presidente de la Federación Entrerriana de Fútbol e integró a Consejo Federal del Fútbol Argentino a las seis provincias del Litoral: las tres de la Mesopotamia más Santa Fe, Chaco y Formosa.
Fue un hombre que supo dialogar generacionalmente. Él mismo recordó cómo “los peronistas, los radicales, los intransigentes, todos convocaban a una juventud que se sentía comprometida con la democracia”.
Es oportuno rescatar su propia voz: “Si me permite, le contaré una pequeña anécdota de ese día (por el 30 de octubre de 1983, día de las elecciones y el retorno a la democracia). Los radicales competíamos en la ciudad contra un candidato fuerte del peronismo que era Arsenio Mendoza. Corríamos de atrás, esa es la verdad. Lo que le voy a contar ahora lo recuerdo como un momento muy grato de mi vida política. Estaba fiscalizando en la Escuela Sagrada Familia. Fue una elección normal y se sentía en todos lados la gesta del retorno a la democracia. Fue una jornada plena en todos los aspectos. Cerrado los comicios, se inicia el proceso del escrutinio y presencio el conteo en la mesa donde había votado. Un amigo, que era fiscal por el peronismo, charlábamos de manera amable y me dijo que se iba a venir la avalancha de votos peronistas. Le dije, seguramente será así. Cuando se abre el primer sobre, sale Arsenio Mendoza. Luego, se suceden diez votos radicales. No me entusiasmé porque pensé que era una mesa donde votaban muchos familiares. En esa mesa tuvimos una diferencia de mucho margen, cerca de cuarenta votos. Pero me dije que era algo casual. Me mantuve quieto. En ese momento se abre la puerta del aula e ingresan los hermanos Ricardo y Patín Irigoyen y Horacio Domingorena. Ellos me enseñaron mucho de la política, fueron como mis maestros. El asunto es que ellos estaban registrando los datos generales de todas las escuelas de la ciudad. Preguntan el resultado de la mesa y se retiran. Pero antes de dejar el aula, gira sobre sus pasos… me mira y me dice: “¿Y qué estás haciendo acá?”. Le respondo que estaba fiscalizando la mesa. Y me da la noticia de que ya era intendente de la ciudad. Me cuenta emocionado, en ese breve diálogo, que en la calle, frente al partido radical, había cientos de simpatizantes que me estaban esperando. Así me llevan al partido radical y lo hicimos caminando de contramano por Urquiza. La gente con fervor y yo sorprendido”. Su equipo de gobierno estuvo sostenido por el doctor Víctor Arakaki y luego Roberto Barros. En Economía el contador Antonio Tessone. En Obras Públicas Horacio Arrate y en Servicios Públicos, Miguel Burlot. Con el tiempo se organizó Acción Social y asumió el doctor Jorge “El Mono” Corfield. Pero el resto de las áreas fueron conducidas de manera colegiada.
Miembro de la Peña Tres Palenques, la amistad fue una cultura que tuvo fértil arraigo en don Ricardo Taffarel. Por eso hoy desde todos los rincones de la comunidad se eleva un pensamiento de gratitud y de admiración hacia él.
La personalidad, su integridad y el ser un hombre cabal, son parte de las muchas virtudes que se le reconoce a don Ricardo Taffarel. La ciudad lo llora… pero también tendrá memoria y por eso su nombre nunca será olvidado.

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