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En la Banca 14 presentaron un proyecto de rampaspara mejorar la accesibilidad urbana
Cinco jóvenes estudiantes universitarios egresados de la Escuela Técnica N° 2 de nuestra ciudad expusieron ayer ante la Banca 14 en el Concejo Deliberante su proyecto de accesibilidad universal en las veredas de la ciudad.
Mauricio Aye, Nicolás Rafar, Lucas Zimmerman, Marcos Rojas y Valentín Bernigaud, son estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil en la UTN de Concepción del Uruguay y en el caso de Valentín estudia Martillero Público, son parte de un proyecto comunitario e independiente que tiene como objetivo principal brindar visibilidad al problema de accesibilidad de la ciudad.
El año pasado los jóvenes estudiantes presentaron un trabajo práctico en la materia Ingeniería y sociedad en la facultad para abordar problemáticas de accesibilidad urbana, e hicieron un modelo de rampa de accesibilidad en las esquinas de las veredas de la ciudad, para ser presentado al área de Accesibilidad e Integración de la Municipalidad que le fue de su agrado al igual que a las personas con movilidad reducida que también dieron su visto bueno.
“En el mes de septiembre del año pasado volvimos a reactivar el proyecto, pero por ahora estamos lejos de pensarlo como dentro de un proyecto de Ordenanza que comenzamos a elaborarlo hace seis meses atrás para que las rampas sean factible a lo largo del tiempo”, expresó Mauricio a EL ARGENTINO.
“Ya en la ciudad hay construidas rampas similares a las que nosotros proponemos en el centro de la ciudad desde Avenida Rocamora hasta Costanera entre las calles 25 de Mayo y Urquiza. En realidad proponemos tres modelos de rampas distintas para poder adaptarlas a las distintas necesidades de accesibilidad urbana”, explicó el joven estudiante de Ingeniería.
“Muchas rampas que hay en las veredas están hechas a ojo, y a las personas que están en silla de ruedas no les sirven. Lo que se necesitaría es hacer 50 rampas por año, hay lugares como la semipeatonal que se construyó en 2005 donde las rampas están bien logradas, lo mismo sucedió en las plazoletas de la Costanera, pero son pocas las excepciones, para ser sincero la mayor parte de las rampas no cumplen con los parámetros que establecemos en el proyecto y la ciudad debe replantearse hacer accesibilidad en serio, arreglando las veredas y hacer rampas cuyo cambios se verán en 15 a 20 años”, manifestó Mauricio.
Cada rampa costará unos 50 mil pesos, y los jóvenes aseguran que la “buena accesibilidad y movilidad reducida es una inversión para la comunidad”.