El Uso Sustentable de la Biodiversidad puso en valor la conservación de los bosques

Este seminario se realizó el martes pasado en el marco de la Asamblea General Anual de la ONU en la sede de Nueva York, con la presencia de Jefes de Estado.

Durante la apertura del seminario, realizada en el Hotel Meliá de Puerto Iguazú, el vicegobernador misionero Carlos Arce .en representación de esa provincia-, valoró la ocasión para informar que “Misiones es la única provincia argentina con un Ministerio de Ecología, también el único lugar en toda Latinoamérica con un Ministerio de Cambio Climático en esa jerarquía, y el IMiBio, todos hitos que en conjunto con su biodiversidad marcan el rol de la conservación y su relevancia para la región y el planeta”, dijo Arce.

El simposio virtual titulado “Biodiversidad: Bosque, Salud y Sociedad” tuvo como objetivo concientizar sobre el papel y la contribución de la ciencia a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU.

En ese marco, el evento se presentó como una oportunidad única en la que el IMiBio pudo mostrar al mundo el trabajo que realiza en materia de estudios, protección, monitoreo y conservación de la Selva Paranaense, considerada uno de los últimos reductos de bosques prístinos que quedan en el mundo, que además de albergar el 52 por ciento de la biodiversidad de Argentina, se considera “un punto caliente de la biodiversidad mundial”.

 

El USUBI

 

En ese contexto, el IMiBio habilitó una sala virtual que incluyó la participación de importantes científicos y personalidades del mundo ligados a la temática ambiental, quienes disertaron en calidad de ponentes.

Entre ellos, se destacó la exposición de la doctora Sandra Sharry, quien lidera y coordina un equipo interdisciplinario, plural y de participación democrática que tiene un fecundo desarrollo en tres ecorregiones: Las Yungas (con impacto en Jujuy), Chaco Seco (con impacto en Salta) y Selva Paranaense (con impacto en Misiones).

Justamente, la disertación de la especialista de concentró en la experiencia en Misiones, donde destacó que el desarrollo del uso sustentable de la biodiversidad en las prácticas de producción de pequeños productores para proteger la biodiversidad en los bosques de alto valor de conservación en las ecorregiones Bosque Atlántico, Yungas y Chaco (USUB), cumple con los objetivos 1 y 2 de desarrollo sostenible y con los establecidos en el convenio de biodiversidad biológica, que define a la utilización sostenible de la biodiversidad como el uso de los componentes de una manera y de un ritmo que no conduzca a su disminución a largo plazo, manteniendo su potencial para satisfacer las necesidades de las aspiraciones de las generaciones actuales y futuras.

En este contexto, Sharry compartió el desarrollo del modo USUBI como un proyecto sumamente exitoso, amoroso y con un impacto social muy fuerte.

“Es un proyecto PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), cuyo objetivo general es el fortalecimiento de los marcos de gestión para el uso sustentable de la biodiversidad, para aumentar la protección de bosques de alto valor de conservación en Argentina”, aclaró.

Y especificó que la iniciativa posee un financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que implementa el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación (que conduce Juan Cabandié), a través de la Secretaría de Políticas Ambientales y Recursos Naturales (a cargo de Florencia Gómez) y es administrado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y se inició en 2015 y en principio tiene previsto finalizar en mayo del próximo año.

Sharry destacó la labor del equipo que trabaja en el territorio de Misiones y aportó elementos para percibir cómo está vinculado con una estrategia de conservación y gestión de la biodiversidad con inclusión social y que tiene varias aristas: se trabaja con cooperativas, asociaciones, con pueblos originarios, elaborando protocolos de manejo, cosecha y buenas prácticas de la biodiversidad nativa, con un enfoque de género e inclusión social y de arraigo de los jóvenes. Se trabaja marcos de gestión, de manera participativa con articulación intersectorial y con presencia en prácticamente todo el territorio misionero.

“Se construye desde la organización y la participación, interviniendo en una superficie que es mayor a 34 mil hectáreas; con poco más de 500 personas como beneficiarios directos y más de cinco mil personas de manera indirecta, con un gran alcance a través de las capacitaciones; 82 técnicos involucrados (solo en Misiones, recordó) y 145 estudiantes. Trabajamos con alimentos creando valor a partir del diálogo de saberes, especialmente con frutas nativas, con miel de meliponas, con hongos nativos, con plantas ornamentales, plantas medicinales, entre otros”, enumeró.

Valoró la dinámica de trabajo y compromiso de los equipos en el territorio que facilita la colaboración “en al agregado de valor, innovando y vinculando a actores. En este sentido se registran productos y especies en el Código Alimentario Argentino, se fortalece una red de producciones sostenibles tanto de la biodiversidad como de la transición agroecológica, y se consolidan consorcios de productores agroecológicos y responsables de la biodiversidad.

 

Educación

 

La coordinadora del USUBI, aportó que “atravesando toda esta experiencia está el concepto educación. Porque se ha incorporado una dimensión que tiene que ver con el análisis curricular y cómo se trata el tema del uso sostenible de la biodiversidad y de los productos forestales no maderables en las carreras de ingeniería forestales y afines, para generar propuestas educativas dentro de la formación superior, porque es una forma de sostener el proyecto. Y que va de la mano con la generación de sinergias con las universidades en el territorio. Porque los proyectos de desarrollo tienen un aspecto un poco débil y está vinculado a cómo se sostienen una vez que se termina el financiamiento”.

“Así, el gran desafío que todos debemos resolver es cómo sostenemos estos proyectos en el tiempo; cómo nos comprometemos a que si son exitosos deben continuar”. Y contextualizó a manera de reflexión: “Se generan equipos fuertes. Se involucran personas y comunidades. Trabajamos con comunidades vulnerables que no se pueden abandonar una vez que se termina el financiamiento”. Y propuso en ese espacio que se tome “este desafío y encontremos la forma de hacer sostenible y de perdurar más allá de los resultados que se logran en determinado tiempo”.

Sharry finalizó con una reflexión que invita a la participación: “La pérdida de la biodiversidad no es solamente un problema ambiental, es también social, económico, ético y de salud. El uso sostenible de la biodiversidad es esencial para un desarrollo integral. El USUBI es un caso exitoso que debe continuar. Es una forma de desarrollo local que beneficia a las comunidades y ayuda a la seguridad alimentaria y a la diversidad de la dieta. Es un enfoque que aborda una nueva forma de conservar usando de manera sostenible con las personas que viven en y del bosque”.