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Ma, mamita, mamá, vieja: muchos sinónimos para denominar al amor
Ser madre en pandemia, fue muy difícil para todas las madres” expresó Emilce Morales, coordinadora de enfermería en terapia Covid-19 del Hospital Centenario.
Todos los humanos hemos tenido una madre, por mucho o poquito tiempo, pudimos sentir aquel corazón que late a un ritmo muy familiar y cálido.
Algunos afortunados han tenido la suerte de compartir muchos momentos y situaciones que en el día a día se vuelven monótonos y cotidianos –la comida, la ropa limpia, el saludo diario y la preocupación-, dando lugar a pensar que siempre estarán ahí cuando se las necesite. Pero, la realidad no es así, brindan amor hasta que la vejez y la vida ya no lo permiten.
Cuando la ausencia se hace un vacío en el corazón, muchos han manifestado querer cambiar cualquier cosa que tienen para poder compartir algún ratito, un mate o una charla, pero somos seres mortales y no hay ciencia que pueda con eso.
Por eso, hoy y todos los días es momento para perdonar, para sanar lazos. Siempre es una buena oportunidad para encontrarse, dejando los rencores y los dolores de lado, porque la vida es corta y no dimensionamos cuán breve es.
Hoy, es un día para homenajear a aquellas que están y las que partieron. Es un día para recordar a las mujeres que curaron los raspones de las rodillas y del corazón. Ma, mamita, mamá, vieja, muchos sinónimos para denominar al amor.
En una ocasión tan especial, EL ARGENTINO dialogó con Emilce Morales, mamá de mellizos y personal de salud. Durante la pandemia, como muchas otras mamás, no tuvo la oportunidad de quedarse en casa para cuidar a sus hijos, porque debió trabajar incansablemente para dar batalla al Covid.
Emilce es la coordinadora de enfermería en terapia Covid-19 del Hospital Centenario. Por tal motivo, no tuvo posibilidad de confinamiento, estando más expuesta a contraer el virus y llevarlo a su hogar.
En este contexto, relató cómo fue para ella ser mamá en pandemia y simultáneamente personal de salud.
La historia de Emilce en primera persona
-Ser madre en pandemia, fue muy difícil para todas las madres. Pasamos a estar a tiempo completo con nuestros hijos, nos convertimos un poco en maestra, amiga y entretenimiento. Ser madre en pandemia y trabajadora en salud, fue un desafío un poco diferente.
Desde mi experiencia, fue complejo, en un principio con mucho miedo de contagiar a mis hijos. Por desgracia eso sucedió, a poco tiempo que inició la pandemia nos contagiamos. En ese momento me invadieron las emociones, entre ellas un poco de culpa e incertidumbre.
Con el aumento de los casos, el trabajo se volvió más complejo y aumentó en mi caso más del cien por ciento. Tuvimos que aprender a canalizar el cansancio, estrés y angustia. Al llegar a mi casa mi motor eran mis hijos, ellos durante la pandemia fueron mi motor y cable a tierra.
Muchas veces, tuve que llegar a escondidas por el garaje y pasar directamente a bañarme para luego reencontrarme con ellos. Soy una bendecida de mellizos, los cuales costaron mucho en llegar. Han llegado para inundar mi vida de luz, para sacarme de la soledad, nunca más voy a estar sola porque tengo a mis dos hijitos.