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Hubo acuerdo y el monitoreo ambiental se iniciará en el interior de la ilegal Botnia

Hubo acuerdo y el monitoreo ambiental se iniciará en el interior de la ilegal Botnia

La visita de José Mujica a la presidenta Cristina Kirchner en Olivos permitió acelerar los tiempos y así llegar a un acuerdo entre la Argentina y el Uruguay para controlar ambas márgenes del río Uruguay.


La novedad fue dada a conocer en conferencia de prensa por los cancilleres Héctor Timerman y Luis Almagro, quienes informaron que la iniciativa permitirá a la ciencia monitorear a todos los emprendimientos fabriles en el río Uruguay, incluida la ilegal Botnia.
“Con esto se cierra un capítulo y se abre otro”, expresó el canciller argentino, quien hizo pública la conformidad de los mandatarios por arribar a un acuerdo. “Ambos presidentes están conformes. Ellos representan la voluntad popular, y si la voluntad popular está conforme entonces los gobiernos están satisfechos”, consideró.
A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay destacó la importancia de “retomar un monitoreo que comenzó en 1999 y se extendió hasta 2001”. Subrayó que "fueron los presidentes los que dieron la impronta final" al acuerdo, que se pondrá en marcha dentro de los próximos 30 días cuando esté conformado el comité de científicos.
Ese comité se ocupará de los controles a establecimientos industriales, agrícolas y a centros urbanos. Otro punto trascendente es que los peritos científicos podrán ingresar hasta doce veces por año a la planta fabril en cuestión.
Desde lo teórico, el monitoreo parece ser cristalino, dado que satisface los principales requerimientos del pueblo de Gualeguaychú en el sentido de que sea la ciencia la que lleve adelante la vigilancia; de que sea permanente y de que se realice en el interior de la planta de Botnia.
Lo que no se ha dado a conocer es qué es lo que ocurrirá con Botnia en caso de que la ciencia le constante episodios de contaminación. Durante las negociaciones de los dos países, Mujica había adelantado que él no pediría el cierre de una empresa argentina en caso de constatarle pruebas de contaminación. Desde esta visión, la pregunta se impone: para el Gobierno argentino ¿sigue siendo su causa el desmantelamiento de Botnia?
La respuesta a esta pregunta permitirá develar si el plan de monitoreo no es otro hecho consumado para permitir las emanaciones de la pastera. Es que si el interés de los Estados es avanzar sólo en la integración sin importar la salud de sus ciudadanos, entonces la vigilancia puede servir a los fines de allanar el camino a las bocanadas de la empresa colonialista.
Desde que en la agenda del Ejecutivo irrumpe una problemática, hasta su resolución hay un sinfín de instancias. Pues bien, hasta ahora se dio a conocer un acuerdo sobre el monitoreo que puede llevar buenas intenciones. Pero muy lejos está que esas intenciones se plasmen en la realidad. Por ello, la ciudadanía, en especial la de Gualeguaychú y la de Fray Bentos, deben estar alerta para que el control a Botnia se realice tal y como fue anunciado: sólo así podrán evitar que la tan pregonada vigilancia se convierta en otra herramienta para favorecer la industria perversa y su apetito voraz.
La duda se impone porque si en algo se destacan los Estados sudamericanos es en la ausencia y la negligencia de los controles; y justamente, en este caso, no se trata de otra cosa que de controlar al enclave colonial.
 
La firma del acuerdo
 
* Conformar en el plazo de 30 días, en el seno de la Comisión administradora del Río Uruguay (CARU), un comité científico integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país; la función del comité científico será la de monitorear el Río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al Río Uruguay y sus áreas de influencias.
* Para ello se procederá de la siguiente manera:
1• Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del Río Uruguay, las acciones estarán a cargo de la DINAMA acompañada por el comité científico de la CARU y se utilizarán para los monitoreos la normativa de la CARU y la uruguaya que sea de aplicación. Cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del Río, las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina de aplicación, acompañada por el antedicho comité y se utilizarán para los monitoreos las normativas de la CARU y la argentina que sea de aplicación.
*La autoridad de aplicación que corresponda tomará las muestras; se tomarán muestras por duplicado, una de las cuales será entregada en el acto al comité científico de la CARU. Las determinaciones que se realizarán incluirán la utilización de censores así como todas las otras innovaciones científicas y tecnológicas que las partes acuerden, necesarias para el monitoreo de lo efluentes líquidos y la emisiones gaseosas que puedan acceder al Río Uruguay.
*El número máximo de ingresos de control del comité científico en cada establecimiento a monitorear será de hasta 12 veces por año.
*La información que se obtenga del monitoreo será pública, respetando los tiempos científicos. Los resultados y conclusiones obtenidos por el comité científico serán elevados por la CARU al Estado parte correspondiente, a los fines de que implementen las acciones que resulten pertinentes.
c) El monitoreo del comité científico de la CARU comenzará con la planta de Botnia-UPM y la desembocadura del Río Gualeguaychú en el Río Uruguay; seguirá en Argentina con un establecimiento lugar a elección de la parte uruguaya; a partir de entonces continuará alternativamente en uno y otro país.


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