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Diario El Argentinosábado 11 de mayo de 2024
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Sin expectativas por la reunión entre la Asamblea y el Gobierno Nacional

Sin expectativas por la reunión entre la Asamblea y el Gobierno Nacional

Cada paso confirma el divorcio del gobierno nacional con la que fugazmente fue su causa, la erradicación de la colonialista Botnia del río Uruguay.


Como ya había anticipado EL ARGENTINO en varias oportunidades, Argentina y Uruguay rubricaron un acuerdo “a la medida” de la pastera y eso les permitió a los dos presidentes vanagloriarse ayer ante sus colegas en la Cumbre del Mercosur que se realizó en San Juan por haber encontrado una “solución definitiva” al diferendo por el enclave de Botnia.
Las cartas están echadas y aunque cueste aceptarlo, es poco y nada lo que puede hacer la Asamblea Ciudadana para modificar el “mamarracho” que firmaron Cristina Kirchner y Mujica días atrás en Olivos. El margen de maniobra es mínimo, al menos en el encuentro protocolar que mantendrán hoy a las 13 en el Palacio San Martín, los asambleístas con el canciller Héctor Timerman y el gobernador Sergio Urribarri, y de la que formará parte también el intendente Juan José Bahillo.
Distinta puede ser la reacción del pueblo de Gualeguaychú que esta noche deberá acercarse otra vez hasta el Club Frigorífico para conocer de primera mano lo que la mayoría de los ciudadanos sospecha, pero que pocos dicen en voz alta: que el plan de vigilancia no frenará la contaminación sino que, además, le dará legitimidad a las emisiones y esto no es otra cosa que desvirtuar un real y sincero monitoreo ambiental.
Aunque queda una luz de esperanza para que los gobiernos dejen de poner de rodillas a las Repúblicas ante el apetito de las multinacionales, no parece ser la reunión de este mediodía la que ponga fin a ese estado de cosas que se repite desde hace más de cien años por estas latitudes.
Todo se encamina a que la ilegal Botnia permita el ingreso “restringido” de la ciencia y que esos científicos se rijan por los mismos parámetros ambientales que fueron diseñados, como un traje a medida, para las dimensiones de la pastera. Después de todo, Botnia logró que los parlamentos de ambos países acordaran leyes a su medida y en cuyo último artículo reza: “En caso de divergencias prevalecerá el texto en inglés” y esto fue sancionado tanto en Argentina como en Uruguay. ¡Y encima no hay ningún parlamentario que se le caiga la cara de vergüenza!
Otra vez, los Estados minimizan la protesta de una comunidad que se bajó de la ruta a consideración de los avances que debían materializar los gobiernos. Esos avances fueron a cuentagotas y contradictorios. Y si bien dicen que apuntan a la integración, en rigor permitirán el saqueo ambiental y dejarán pobreza y enfermedades.
Así, el acuerdo no se presenta como satisfactorio para los ciudadanos de Fray Bentos y de Gualeguaychú, principales víctimas de Botnia. Las administraciones de Kirchner y Mujica volvieron a burlarse de sus pueblos, perdieron otra oportunidad histórica y demostraron que no son nada más que eso: administraciones que en cuestión ambiental gerencian para sus socios de la Barrick Gold y Botnia.
El pueblo de Gualeguaychú debe soportar una vez más el mazazo y, más allá del desgaste lógico tras siete años de conflicto, debe seguir acompañando a esta causa y mostrarse más unido que nunca: los enemigos tiene socios poderosos.
Es sabido que se trata de un momento complicado y crucial, dado que el Ejecutivo embiste con la criminalización de ciudadanos comunes por el simple hecho de no renunciar a su derecho a vivir en un medioambiente sano. Son los pretorianos o gendarmes de Botnia. Gualeguaychú se niega a asistir a su propio funeral.


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