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Diario El Argentinosábado 27 de abril de 2024
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Capullos: una ONG de amor en la Sala de Neonatología del Hospital Centenario

Capullos: una ONG de amor en la Sala de Neonatología del Hospital Centenario

Capullos es el nombre de la “Asociación de Ayuda al Recién Nacido”, que apoya y sostiene la Sala de Neonatología del Hospital Centenario.  Surgió en 1977 y en toda su trayectoria a realizado innumerables tareas en la sala, tal vez las más importantes hayan sido la compra de costosos equipos de última tecnología y abastecer todo lo que hace falta a diario en la sala.


Lo hace gracias a la colaboración de la comunidad, a través de la cuota de asociados, participando en los eventos que realizan o alquilando la vajilla que la institución posee.
Pero en la actualidad son pocas las personas que están colaborando en las tareas diarias de Capullos, muchas de ellas ya son personas adultas mayores a las que se les dificulta realizar las tareas de fuerza que la actividad del alquiler de vajillas requiere. Por eso Capullos solicita a todas aquellas personas que deseen sumarse, ya sea porque sus hijos han pasado por la sala o simplemente porque sientan ganas de colaborar, ayudando al menos una hora semanal con las tareas del alquiler de vajillas o dejando sus teléfonos para, en caso de necesitar una mano, tener con quien contar.
Fue el 4 de Mayo de 1977 cuando, por iniciativa del Jefe de la Sala de Neonatología del Hospital Centenario de Gualeguaychú de ese entonces, el Dr. Carlos M. Alazard (padre), se conformó una agrupación de mujeres con el fin de crear una asociación de beneficencia que colaborara con las pequeñas cosas y necesidades que había en la incipiente sala. Así, casi sin quererlo pero con una firme vocación de ayuda solidaria y voluntaria, nació la asociación Capullos.
Para realizar la entrevista a algunas integrantes de esta asociación, EL ARGENTINO se acercó a la esquina de Seguí y Rivadavia, donde poseen un pequeño depósito en el que guardan la vajilla que alquilan para eventos y también una improvisada oficina, armada con unas banquetas bajas.
Atareadas con el trabajo que implica el servicio del alquiler de vajillas, que las integrantes de Capullos realizan de manera totalmente voluntaria, su presidenta, Marta Auzqui, y la actual tesorera, María Emilia Arbones de Pérez Tiribelli, recibieron a EL ARGENTINO. La entrevista se hizo en medio del recuento de copas, cubiertos y la atención de personas que venían a devolver lo alquilado o a llevarse su pedido.
María Emilia Arbones de Pérez Tiribelli integra desde hace unos 24 años Capullos, ella junto a Ina Segovia son dos de las integrantes más viejas de la agrupación. María Emilia comenzó a colaborar a partir de que cuando nacieron sus hijos, mellizos y sietemesinos, requirieron estar en la Sala de Neonatología durante un mes y medio. Lo primero que expresó, casi como una necesidad fue: “Yo no se si los ciudadanos de Gualeguaychú realmente valoran no tener que trasladarse a Buenos Aires o a Paraná cuando tienen bebés prematuros, aunque solo sea por una semana, con los trastornos que esto implica para toda la familia. Yo no se si realmente se dan cuenta de lo importante que es tener una terapia intensiva neonatal en la ciudad”, aseguró como pensando en voz alta María Emilia.
Por su parte, Marta Auzqui, comentó también con preocupación que actualmente son entre 12 y 15 las personas que llevan adelante esta institución. “Muchas ya son personas mayores y necesitamos imperiosamente que se sumen voluntades. Necesitamos un poco del tiempo de las madres o de aquellas abuelas que quieran darnos una pequeña mano”, afirmó la presidenta de Capullos.
El logro de la terapia intensiva
Según relatan las integrantes fueron muchas las mujeres que pasaron por la presidencia de Capullos y también por la comisión.
En todos estos añosm, y gracias al incansable apoyo de la comunidad de Gualeguaychú, han realizado un sinfín de trabajos y compras de costosos equipos pero, hace unos doce años Capullos lo que considera su mayor inversión. La suma aportada rondó por aquel entonces, los 50 mil dólares, y con este dinero se pudo hacer la terapia intensiva de Neonatología, que hasta ese momento no existía ya que solo era una sala común. Hasta ese momento todo aquel bebé que presentara una complicación debía ser trasladado a Buenos Aires o Paraná.
Esta sala de Cuidados Intensivos cuenta hoy con incubadoras, respiradores, servocunas, oxímetros de pulso, climatizadores, humificadores y fuentes de luz con brazos ajustables. Además, la sala cuenta con un lactario con sacaleche y bomba minifluida con un espacio acondicionado con mobiliario para tal fin.
Posteriormente se acondicionaron el dormitorio, el estar, la cocina y el baño de las madres, como así también el office de la enfermería y demás dependencias del personal. Además, de adquirir una camioneta con equipamiento especial para los traslados del bebé en el caso de ser necesario.
Este año se compraron monitores de alta tecnología, agujas percutáneas -que costaban hasta hace unos meses 300 pesos cada una- y que solo sirven para un bebé ya que son descartables. Hace poco tiempo compraron un saca leche mecánico, que costó cerca de once mil pesos.
Los aportes son innumerables ya que también abastecen las cosas que a diario no tienen en el lugar, ya sea artículos de limpieza o perfumería, pañales etcétera.
Pero para dar una cifra que indique la importante y comprometida labor que lleva adelante la asociación “en 2009-2010 Capullos realizó una inversión de más de 90 mil pesos en equipamiento para la sala”.

El alquiler de vajilla


Hay algo que las integrantes de la asociación quieren aclarar a la comunidad. “Muchas personas creen que ‘Capullos’ es una empresa de alquiler de vajilla e incluso se incomodan con el horario en el que trabajamos, -lunes y viernes- que en realidad es cuando nosotras podemos y muchas veces la gente también puede: a la hora de la siesta”, afirmó María Emilia.
“Nosotros a este trabajo lo hacemos de manera voluntaria no es que cobramos un sueldo por esto”, aclaró por su parte la presidenta.
Con el alquiler de la vajilla, las cuotas de los socios –en la actualidad son unos 300 socios-, el desfile, la venta de entradas al Carnaval y las donaciones particulares, Capullos logra concretar estas importantes inversiones.
“Lamentablemente son muy pocos los padres que reconocen todo lo que recibieron en el servicio de Neonatología porque nadie se acuerda de darnos una mano”, aseveró María Emilia, al tiempo que añadió que “nosotros no queremos que nos donen dinero sino que por ejemplo den una hora, una vez por semana a la siesta, que es cuando nosotras podemos entregar la vajilla a los clientes, ayudarnos a contar las cosas, llevar los manteles al lavadero o ordenar. También puede ser un papá que tenga algún oficio, como albañil, electricista o plomero que nos deje su dirección para que cuando nosotros necesitamos pegar un par de azulejos o tengamos un cortocircuito en la sala no tengamos que pagar de manera particular”, puntualizó con tristeza la tesorera.

Los objetivos son muchos

Los objetivos de Capullos son múltiples y variados. En principio la asociación es un apoyo del servicio de Neonatología del Hospital Centenario de Gualeguaychú, también tiene como principal finalidad colaborar con la supervivencia del recién nacido con dificultades, ya sea o no prematuro, fomentar la relación de la madre con su hijo, satisfacer las necesidades de los mismos, cooperar con la adaptación del paciente y su madre durante la hospitalización, propender a la mejora y adaptación del espacio físico donde permanecerán tanto el niño como su madre, apoyar, ayudar y complementar los servicios que presta el personal en el centro asistencial, difundir medidas de prevención de salud tanto de los niños como de las madres. También está dentro de sus finalidades el de becar o estimular al personal de la Sala para que se capacite tanto en la ciudad como fuera de ella y el de adquirir y gestionar bienes materiales como equipamiento, insumos y demás elementos que en la sala se requieran.
Las integrantes de la institución comentan que “cuando el bebé se va a su casa la labor de Capullo ya está cumplida, salvo que haya una solicitud explícita ya sea del médico de la sala o de la Asistente Social que requiera alguna ayuda puntual”.
En este sentido, las entrevistadas comentaron: “Hay una realidad que es muy compleja, muchas madres llegan al hospital a tener a sus hijos y no llevan absolutamente nada, algunas porque realmente no tienen y otras porque saben que Capullos les da todo lo que les haga falta. A partir de la experiencia de todos estos años ahora nos hemos puesto un poco más firmes y por ejemplo solo se les da la leche a las madres que tienen un pedido de la Asistente Social o el médico”.

EL DATO

Capullos presta el servicio de alquiler de vajilla, que es la mayor fuente de ingresos de la asociación. Posee elementos para unas 600 personas, desde mantelería, cubre manteles, fuentes, jarras, copas finas y copas más simples, platos, hieleras, ensaladeras, cazuelas, bandejas, alquilan mechero, jarras para café, tazas de te y café, ceniceros, porta saquitos de té, cubiertos de todo tipo, lechera. Todo lo que se pueda necesitar en una cena.

Capullos necesita:

-Que madres, padres y abuelas se sumen a la labor aportando una hora semanal de su tiempo o dejando sus teléfonos si saben algún oficio (albañiles, carpinteros, electricistas, modistas, tejedoras, etcétera) para llamarlos en caso de que la sala de Neonatología tenga alguna necesidad.
-Que la gente se asocie –para lo que poseen dos tipos de cuotas.
-Que la gente contrate el servicio de vajillas –principal fuente de ingresos de la asociación.
Los teléfonos de Capullos son 430015 (Ina Segovia), 422983 (Marta Auzqui). Los lunes y viernes, de 14 a 15.30, en la esquina de Seguí y Rivadavia, sobre calle Seguí, están trabajando en el aquiler de vajilla. Allí también las pueden encontrar.


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